lentamente
perforo el lenguaje,
arranco de las ideas
mi más puro mensaje.
golpeo al pensamiento,
reclamo, exijo
y no reparo
en desdoblar mi sentir
abrir aquella parte
más profunda del alama
y entregarla al papel,
para luego,
sentirla palabra.
Esta catarsis
exorcisante, que purifica,
que alimenta,
me faltaba.
Este puro deletrear
el misterioso mundo
que habita mi ser,
hace de mi vida una
profunda fuente sanadora.
Plena sensación de poder
aglutinar bocablos
desparejos, perdidos
de un abecedario distraido,
para gravarlos como pinturas
coloridas en un gran cuadro.
La vida es una pintura
que el arte
nos va mostrando,
llena de rincones
que nuestra curiosidad
a medida que vivimos
va perfilando.
Esta gran obra se termina
con la voluntad
de un último garabato,
cuanto más auténtico
se expresen los trazos,
mejor realizado estará
nuestro gran cuadro,
mejor soñará
con todos los santos
nuestra alma
en su último regazo.
(Fuente: Claude Monet. Birgit Zeidler. Editions Place des Victoires, 2.006.)
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