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lunes, 27 de mayo de 2013

Jose Huete García
ESCUCHA EN EL VIENTO

Si dudas de lo que siento
Ni sabes lo que pienso,
Espera,
No te vayas antes de tiempo.

Escucha lo que mi alma te dice
Desnuda de todo miedo,
Despojada de resentimiento,
Descalza de pretéritos sueños.

Ha caminado eternidades
Sobre los bodes del silencio,
Cuando nada se concretaba
En circunspectos criterios.

Te hablará de lo que es
Porque siempre fue,
De lo que siempre es pregunta
Cuando ha de dejar de ser.

De que no hay puerta sin llave
Para encerrar el pensamiento,
Ni epitafio que selle
El fluir del sentimiento.

Escucha como silva el viento
En cada nota hay un misterio,
Lee en cada hoja que arranque
Que ahí está escrito lo que siento..

(José M. Huete García, Mayo 2013)
D.A.R

Oda al tiempo


Dentro de ti tu edad
creciendo,
dentro de mí mi edad
andando.
El tiempo es decidido,
no suena su campana,
se acrecienta, camina,
por dentro de nosotros,
aparece
como un agua profunda
en la mirada
y junto a las castañas
quemadas de tus ojos
una brizna, la huella
de un minúsculo rio,
una estrellita seca
ascendiendo a tu boca.
Sube el tiempo
sus hilos
a tu pelo,
pero en mi corazón
como una madreselva
es tu fragancia,
viviente como el fuego.
Es bello
como lo que vivimos
envejecer viviendo.
Cada dia
fue piedra transparente,
cada noche
para nosotros fue una rosa negra,
y este surco en tu rostro o en el mío
son piedra o flor,
recuerdo de un relámpago.
Mis ojos se han gastado en tu hermosura,
pero tú eres mis ojos.
Yo fatigué tal vez bajo mis besos
tu pecho duplicado,
pero todos han visto en mi alegría
tu resplandor secreto.
Amor, qué importa
que el tiempo,
el mismo que elevó como dos llamas
o espigas paralelas
mi cuerpo y tu dulzura,
mañana los mantenga
o los desgrane
y con sus mismos dedos invisibles
borre la identidad que nos separa
dándonos la victoria
de un solo ser final bajo la tierra.

Pablo Neruda
MARIPOSA DE OTOÑO Pablo Neruda

La mariposa volotea 
y arde -con el sol- a veces.

Mancha volante y llamarada, 
ahora se queda parada 
sobre una hoja: que la mece.

Me decían: -No tienes nada. 
No estás enfermo. Te parece.

Yo tampoco decía nada. 
Y pasó el tiempo de las mieses.

Hoy una mano de congoja 
llena de otoño el horizonte. 
Y hasta de mi alma caen hojas.

Me decían: -No tienes nada. 
No estás enfermo. Te parece.

Era la hora de las espigas. 
El sol, ahora, 
convalece.

Todo se va en la vida, amigos. 
Se va o perece.

Se va la mano que te induce. 
Se va o perece.

Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.

El agua, la sombra y el vaso. 
Se va o perece.

Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, 
convalece.

Su lengua tibia me rodea. 
También me dice: -Te parece.

La mariposa revolotea,
revolotea,
y desaparece.

RETOÑO DE RETOÑO

de Raquel Norma Smerkin Roitman (Notas) el viernes, 29 de octubre de 2010 a la(s) 23:53
Pequeño retoño
que con asombro
miras como luce
la vida,
eres un nuevo amanecer
que llevas la ingenuidad
del poeta 
y la búsqueda
en la filosofía.
Pequeño retoño
limpia tu mente,
tu alma estrenada recién
y floreciente,
todavía muchas cosas
no entiendes.
Sientes y te basta,
todavía no es momento
de seriedades,
la vida para ti es jugar,
equivocado no estás.
Conserva el pimpollo,
la semilla,
el clavel rojo,
no tires tu inocencia,
amanecido corazón
aún sin quejas.
Ama siempre, ama
como amas hoy
el haber nacido,
el saltar al sol,
el estar vivo
así, sin cuestión.
Se siempre en tu interior
ese pequeño
que fluye tiernamente,
y brilla con todo su esplendor.

A mi nieto Luciano
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman.