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viernes, 22 de junio de 2012

Safet Zec


La Azucena del bosque ( Leyenda )


Hace muchos, muchos años, había una región de la tierra donde el hombre aun no había llegado. Cierta vez paso por allí I-Yará (dueño de las aguas) uno de los principales ayudantes de Tupá (dios bueno). Se sorprendió mucho al ver despoblado un lugar tan hermoso, y decidió llevar a Tupá un trozo de tierra de ese lugar. Con ella, amasándola y dándole forma humana, el dios bueno creo dos hombres destinados a poblar la región.

Como uno era blanco lo llamo Morotí, y al otro Pitá, pues era de color rojizo. Estos hombres necesitaban esposas para formar sus familias, y Tupá encargo a I-Yará que amasase dos mujeres.


Así lo hizo el Dueño de las aguas y al poco tiempo, felices y contentas vivían las dos parejas en el bosque, gozando de las bellezas del lugar, alimentándose de raíces y de frutas, dando hijos que aumentaban la población de ese sitio, amándose todos y ayudándose unos a otros. Asi hubieran continuado si un hecho casual no hubiese cambiado su modo de vivir.

Un día que se encontraba Pitá recogiendo frutos de Tacú (algarrobo) apareció junto a una roca un animal que parecía querer atacarlo, para defenderse, Pitá tomo una gran piedra y se la arrojo con fuerza, pero en lugar de alcanzarlo, la piedra dio contra la roca y al chocar saltaron algunas chispas.


Este era un fenómeno desconocido hasta entonces, Pitá al notar el hermoso efecto producido por el choque de las piedras volvió a repetir muchas veces la operación, de esa forma cuando vio que siempre se producía lo mismo, fue como descubrió el fuego.

Cierta vez, Morotí para defenderse tuvo que dar muerte a un Pecarí (jabalí) y como no estaban acostumbrados a comer carne, no supo que hacer con el, al ver que Pitá había encendido un hermoso fuego, se le ocurrió arrojar en el al animal muerto, al rato se desprendió de la carne un olor que a Morotí le pareció apetitoso y lo probo, el gusto era tan agradable como el olor, lo dio a probar a Pitá, a las mujeres y a todos les resulto muy sabrosa.


Desde ese día desdeñaron las raíces y las frutas a las que habían sido tan afectos hasta entonces, y se dedicaron a cazar animales para comer, la fuerza y destreza de muchos de ellos, los obligaron a aguzar su inteligencia, construyeron armas que les sirvieron para defenderse y vencer a estos animales, así inventaron el arco, la flecha y la lanza. Entre las dos familias nació una rivalidad que nadie hubiera creído posible, la cantidad de animales cazados, quien era mas hábil en el manejo de las armas, la mejor puntería...todo esto fue motivo de envidia y discusión entre los hermanos.

Tan grande fue el rencor y odio que llegaron a tenerse unos contra otros, que decidieron separarse, Morotí con su familia se alejo del hermoso lugar donde habían vivido unidos los hermanos, hasta que la codicia se encargo de separarlos, eligió para vivir el otro extremo del bosque, donde no tendría noticias de Pitá y familia.


Tupá decidió entonces castigarlos, el los había creado para que vivieran amándose y gozando de tranquilidad y bienestar, pero ellos no supieron corresponder a favor tan grande y tenían que sufrir las consecuencias, el castigo tenia que servir de ejemplo para todos los que en adelante olvidaran que Tupá los había puesto en el mundo para vivir en paz y amarse los unos a los otros.

Al día siguiente de la separación amaneció tormentoso, nubes negras se recortaban entre arboles y los truenos hacían estremecer con su sordo rezongo, los relámpagos cruzaban el cielo como víboras de fuego, llovió copiosamente durante varios días, todos vieron en esto un mal presagio. Después de tres días vividos con espanto la tormenta paso, cuando hubo aclarado, vieron bajar de un Tacú (algarrobo) un enano de enorme cabeza y larga barba blanca, era I-Yará que había tomado esa forma para cumplir el mandato de Tupá, llamo a todos y los reunió en un claro del bosque, allí les dijo lo siguiente:


Tupá nuestro creador me envía, la cólera se ha apoderado de el al conocer la ingratitud de vosotros, el os creo hermanos para estar en paz y el amor guiara vuestras vidas... pero la codicia pudo mas que vuestros buenos sentimientos y os dejasteis llevar por el odio y envidia. Tupá me manda para que hagáis las paces entre vosotros, arrepentidos y avergonzados los dos hermanos se fundieron en un abrazo, los que presenciaron la escena vieron que poco a poco iban perdiendo su forma humana y cada vez mas unidos, se convertían en un tallo que crecía y crecía....


Este tallo se convirtió en una planta que dio hermosas azucenas moradas. A medida que el tiempo transcurría, las flores iban perdiendo su color, aclarándose hasta llegar a ser blancas por completo. Eran Pitá (rojo) y Morotí (blanco), que convertidos en flores simbolizaban la unión y la paz entre los hermanos.

Ese arbusto fue creado por Tupá para recordar a los hombres que deben vivir unidos por el amor fraternal, es la " Azucena del Bosque ".
Recopiladoras de "Petaquita de Leyendas" , Ed. Peuser.
Azucena Carranza y Leonor Lorda Perellón.




Hada.

Todo el mundo la llama "la mendiga de las hojas", porque en cuanto llega el otoño y los arboles comienzan a quedarse desnudos, se la puede ver por parques y calles recogiéndolas, acunándolas y repitiendo a veces en susurros apagados, a veces a gritos y otras incluso canturreando:

- ¿ Que hoja va con cada árbol ? ¿ De que árbol cayo esta hoja ? ¿ Y esta otra ? ¿ Y aquella de mas allá ? ¿ Que hoja va con cada árbol ? ¿ De que árbol cayo esta hoja ?.


Y anda entre los montones de hojas amarillas, con los pies bien hundidos en ellas, haciéndolas crujir bajo sus plantas sintiendo su caricia en los tobillos, las recoge, las observa con detenimiento -por el envés y por el revés- las huele incluso, luego corre de árbol en árbol, mira la hoja de color ocre, mira el árbol, vuelve a mirar la hoja según crea que ha acertado o no, se aproxima con los brazos llenos de hojas a los Álamos, a las Acacias, a los Castaños, a los Arces y habla con ellos:

- Esta, esta es tuya, lo se ¿ ves ?, aun puedo reconocerlas, y las acuna como si de un bebe se tratara y sigue hablando con el árbol.

- Si, si, llego el momento de dejarlas volar ¿ verdad ?. Si, si, es la hora de que bailen con el viento.


Y girando y danzando suelta las hojas y las entrega al primer torbellino loco que sople en ese momento, luego continua con sus andanzas por parques y calles tras las hojas amarillas y rojas, hablando con los arboles, inclinando la cabeza como si les escuchara, asintiendo o negando, riendo o llorando, como si ellos le hablaran y le contaran sus secretos.

Cuenta su historia a quien quiera escucharla aunque nadie la cree, ¿ quien puede creer las fantasías que dicen los locos ?

Cuenta que es un hada y que se ha quedado atorada a medio camino entre su mundo y el nuestro por culpa del amor. Cuenta que allá en su mundo ayudaba con los preparativos otoñales, que reunía a las nubes como si fueran un rebaño de ovejas y las pastoreaba hasta los lugares en donde debían dejar caer la lluvia, que cabalgaba sobre la espalda del viento y le ayudaba a arrastrar las hojas caídas y las que estaban por caer, que llevaba un cuidadoso inventario de cada hoja que caía y por eso sabia reconocer perfectamente a que árbol pertenecía cada una. Y cuenta que un día cometió dos errores muy, muy graves:


El primer error fue enamorarse, porque a un hada enamorada se le debilitan los poderes. Su segundo error fue aun mas grave, enamorarse de un mortal, porque los mortales son incapaces de comprender a las hadas y acaban siempre rompiéndoles el corazón. Sus hermanas se lo avisaron. Su reina se lo advirtió. Todos en el reino de las hadas intentaron aconsejarla, pero el amor ya se sabe, no entiende de consejos y advertencias.

Cuenta que ella decidió seguir a su amor mortal hasta su mundo mortal, sus ojos brillan y sus labios sonríen al contar que durante un tiempo hasta se creyó feliz, y sus ojos se llenan de nubes tormentosas cuando narra como poco a poco todo se fue hundiendo lentamente, ahogado por la realidad que la rodeaba. El no la comprendía, el no aceptaba sus poderes, ni sus costumbres, ni nada de nada, quería transformarla en una mujer y que dejara de ser un hada. Y aunque ella lo intento con todas sus fuerzas, nunca lo consiguió...no del todo. Y un día finalmente, el la dejo abandonada y sola en este mundo.


Y cuenta que quiso volver al reino de las hadas pero ya no pudo, su tiempo entre mortales la había debilitado y solo consiguió llegar hasta la mitad del camino, y así vive desde entonces, a medias entre este mundo y el suyo, sin pertenecer del todo a este ni poder regresar del todo al suyo, de modo que aquí era una loca y allá era casi una sombra. Si, ella cuenta su historia a quien quiera escucharla pero es evidente que nadie puede creer las fantasías que cuentan los locos y sin embargo...

Sin embargo corre el rumor de que en noches despejadas de luna llena, te puedes encontrar a la "mendiga de las hojas" bailando y lanzando las hojas al aire, que hay momentos en que su sucia cara parece irradiar luz, que sus bastas ropas parecen hechas de finas telas y que el ajado fular de tul que cuelga siempre sobre su espalda parecen unas titilantes alas de hada.

Pero sea o no verdad, resulta imposible no emocionarse cuando ves a la "mendiga de hojas" mientras susurra sin descanso:

- ¿ Que hoja va con cada árbol ? ¿ De que árbol cayo esta hoja ? ¿ Y esta otra ? ¿ Y aquella de mas allá ? ¿ Que hoja va con cada árbol ? ¿ De que árbol cayo esta hoja ?.....


Autor: Dolores Espinosa.



Invierno.


Esta mañana, al abrir la puerta me encontré con el Sr. Invierno recién llegado a la ciudad. Buenos días le dije, buenos días tenga usted, el me respondió.

Venia como cada año a invitarme a pasear. El Sr, Invierno es alto y delgado, afilado, casi puntiagudo y muy atildado. Es muy friolero por eso viste siempre como mínimo con quince abrigos, diez bufandas, cinco gorras, varios pares de guantes, ocho calcetines y solo usa un par de botas, por que si se pone mas, anda como un pato.


El Sr. Invierno es bastante taciturno, reservado, circunspecto.... vamos, que es muy callado, y hay quien piensa que es muy seco, adusto y bastante agrio. El se queja, es normal, de que nadie parece quererle, de que todos le vienen a protestar, que si hace mucho frío, que si no se puede ver el sol, que si las flores, que si las plantas, que cuando vuelve el calor....

Y yo dejo que proteste porque no tiene con quien hablar, y lo dejo que se queje, por que no tiene con quien charlar.


Me cuenta que todo el mundo le pregunta por la Primavera y todos suspiran por ella -¡ Ay, cuando llegara !-, y el pobre no lo comprende por que a el, el invierno, le parece ella la primavera, una cabeza a pájaros sin un gramo de seriedad.


Y con el Verano - se lamenta -, ya es una locura, que si el sol, que si la playa, que si los helados, que si la alegría..., ¡ menuda chaladura !. El pobre no lo comprende por que a el, el invierno, le parece el verano, un cabeza loca sin un gramo de formalidad.


Hasta al Otoño, su hermano mas cercano, me cuenta lo prefieren antes que a el, por que dicen que es romántico, bufa desdeñoso, y nostálgico y... otras zarandajas, el pobre no lo comprende por que a el, el invierno, le parece que el otoño, es un cabeza loca sin un gramo de gravedad.

Y yo dejo que proteste por que no tiene con quien hablar, y lo dejo que se queje por que no tiene con quien charlar.



Y seguimos paseando mientras el se sigue lamentando sin parar, en el fondo es su modo de disfrutar, y poquito a poquito, pasito a pasito, a casa regresamos charlando sin parar.

Llegamos a casa, sirvo un chocolate bien caliente y el Sr. Invierno da un suspiro satisfecho y guarda silencio, no se quita abrigos, ni bufandas, ni guantes ni nada, es muy friolero, sentado cerca del radiador me pide una manta y contempla con aire triston la nieve que cae en el exterior.


Es un poco huraño el Sr. Invierno, un tanto taciturno, algo melancólico y bastante quejica no lo voy a negar, pero en cuanto le conoces -créeme, es la verdad-, es bastante agradable sentarse en silencio junto al fuego mientras allá fuera, el frío, la lluvia, el viento, la nieve, la niebla y el hielo llegan tras el.

Cuando la noche cae el Sr. Invierno se despide ya que su trabajo debe continuar. Buenas noches le digo, vuelva por Navidad, buenas noches me responde, aquí estaré sin faltar. Y mientras cierro la puerta y le veo marchar, pienso en que me gusta el Invierno, no lo puedo evitar.
Autora: Dolores Espinosa.



El Sol y la Noche.

Hacia ya muchos años que el Sol besaba a la Montaña, con su resplandor la acariciaba de la cúspide a la falda, marrón, amarilla o negra en sus extensas laderas, ella siempre daba hijos verdes, ornamentales o de suaves frutos.

El Sol enamorado le trajo un día a Arco Iris y abrillanto el espacio infinito de azul, con jirones de nubes hizo un collar muy blanco que ella movió coqueta alrededor de su garganta de piedra, claro y diáfano duraba el día para siempre.


En cierta ocasión, Sol se vio obligado a separarse de Montaña, fue cuando descubrió en un acantilado una caverna cubierta de espesa vegetación helechos gigantes, hiedras y enredaderas formaban una tupida puerta que ni el mas valiente rayo podía traspasar, Sol empezó a preocuparse, el era el centro del universo, no podía permitir que una simple cueva escapara de su luz, radiante y esplendoroso reunió toda la energía de su potente luz, primero envió Rayos Tibios de la Alborada, agilmente lucharon contra el Rocio y la Escarcha hasta evaporarlos en un débil rastro de humo gris, la cueva permaneció cerrada y sin luz.


Después llegaron raudos Rayos de Media Mañana, lucharon con todo su calor, pero no pudieron pasar de las enredaderas, finalmente descendieron Rayos de Pleno Mediodía, ardientes y verticales, quemaron piedras y marchitaron hiedras, pero la cueva se mantuvo cerrada y sin luz. Sol, desaforado llamo a su hermano Viento, este rompió el collar de nubes de la hermosa Montaña, asi desato a Lluvia, agua precipitada que suelta y juguetona dio muchísimas vueltas antes de regresar a su mullida casa de algodón. Por horas, Viento y Lluvia azotaron a Montaña.


Quebraron cedros, robles, ébanos y caobos, sin contar limoncillos, aguacates y un manaclar sin dueño, los pinos destrozados cubrieron grandes zonas, pero la cueva permaneció cerrada y sin luz, cuando Viento y Lluvia se marcharon vencidos, hilos de plata descendieron incontenibles, Montaña lloraba sus arboles caídos. Tras el susurro de riachuelos, una mujer de sombras con piel hecha de sueños y pies trasparentes, con larga cabellera a modo de manto sobre su cuerpo desnudo, salio de la caverna, un grito agudo como de ave triunfante salio de su garganta, Calor, Lluvia y Viento había vencido, ¿ donde estaba ese Sol arrogante ?.

Sol regreso en ese mismo instante, clavo en la extraña sus pupilas de fuego, sin poder soportarlo, ella corrio a ocultarse, pero sus pies de agua se le enredaron entre las raices brotadas, un grito de dolor se escucho en el silencio y Viento lo bautizo como "Jupido"


Cubrio sus pies distintos con su enorme melena, perdida, elevo altiva su mirada de orgullo, desafiante clavo en el astro sus pupilas de abismo, valiente Sol enfrento aquella ira por el desconocida, pero lanzas de hielo penetraron en su cuerpo candentes y enigmas y misterios, preguntas sin respuestas hirieron brutalmente su cuerpo hecho de luz, fue en ese momento que escaparon unidos los colores de la vida, azul, rojo, amarillo...., dejaron el espacio a uno solo mas fuerte que creció incontenible amenazando a Sol, entonces Montaña se removió temblando desde la tierra llana retorciendo su cumbre, todos sus hijos verdes se estremecieron juntos y desencadenaron un poderoso alud, entre lluvia de piedras y sacrificio de arboles Sol se recupero.

Cegada para siempre, Ciguapa se tambaleaba, sus pies le negaban equilibrio, y ahora que no podía darle a nadie la espalda, si entraba o salia del refugio de piedra fue de vida o de muerte..., cayo precipitada y su larga melena brillante de betún iba cubriendo todo con su oscuro misterio, los arboles, las peñas, los ríos, valles, pueblos y riscos..., La Noche había nacido para oponerse al Sol.


Desde entonces, la claridad termina después de doce horas de cálido esplendor, el Sol besa a la Montaña, la rodea de Arcos Iris, de un infinito azul, después se va prudente dando paso a la Noche que oscura y silenciosa hace brillar Estrellas en su enorme melena de apagado carbón....

A veces, en Luna Llena, Montaña se apiada de Noche Serena, la deja entrar con la tristeza prendida en su melena...., dicen que va derecha hasta el charco de plata que hay en su antigua cueva y con polvo de estrellas se lava los pies.
Leyenda de Internet.
Pintura de Sandra Francis Paintings

Así, verte de lejos



, y yo con otra mujer,
y si que como el agua que brota de una fuente
aquellos bellos dias ya no pueden volver.

Así, verte de lejos y pasar sonriente,
como quien ya no siente lo que sentia ayer,
y lograr que mi rostro se quede indiferente
y que el gesto de hastío parezca de placer.

Así, verte de lejos, y no decirte nada
ni con una sonrisa, ni con una mirada,
y que nunca sospeches cuánto te quiero así.

Porque aunque nadie sabe lo que a nadie le digo,
la noche entera es corta para soñar contigo,
y todo el día es poco para pensar en ti.


Autor: José Angel Buesa.



Soneto XLVI

Ojos y corazón luchan a muerte
por repartirse el triunfo de tu imagen.
Al corazón los ojos se la estorban
y el a su vez su potestad les niega.

Arguye el corazón que en el habitas
y que es arca cerrada a claros ojos,
en su defensa lo desmienten ellos
y afirman albergar esa hermosura.

Para deliberarlo se convocan
pensamientos al corazón cercanos,
y al fin su veredicto determina
lo que es del corazón y de los ojos.

Corresponde a mis ojos tu apariencia.
Tu amor profundo es de mi corazón.


William Shakespeare.







A ROMA, SEPULTADA EN RUINAS

Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregrino!,
y en Roma misma a Roma no la hallas:
cadáver son las que ostentó murallas,
y tumba de sí propio el Aventino.

Yace, donde reinaba el Palatino;
y limadas del tiempo las medallas,
más se muestran destrozo a las batallas
de las edades, que blasón latino.

Sólo el Tíber quedó, cuya corriente,
si ciudad la regó, ya sepultura
la llora con funesto son doliente.

¡Oh Roma!, en tu grandeza, en tu hermosura
huyó lo que era firme, y solamente
lo fugitivo permanece y dura.




A UNA MENDIGA PELIRROJA

Blanca muchacha de los cabellos rojizos,
Cuyo vestido por los agujeros
Deja ver la pobreza
Y la belleza,

Para mí, poeta enclenque,
Tu joven cuerpo enfermizo,
Lleno de pecas,
Tiene su dulzura.

Tú llevas más galantemente
Que una reina de romance
Sus coturnos de terciopelo
Tus zuecos burdos.

En lugar de un harapo muy corto,
Un soberbio traje de corte
Arrastra con pliegues rumorosos y largos
Sobre tus talones;

En lugar de medias agujereadas,
Para los ojos taimados
Sobre tu pierna un puñal de oro
Reluce todavía;

Nudos mal ajustados
Desnudan para nuestros pecados
Tus dos hermosos senos, radiantes
Como dos ojos;

Que para desnudarte
Tus brazos se hacen rogar
Y expulsan con golpes vivaces
Los dedos traviesos,

Perlas del más bello oriente,
Sonetos del maestro Belleau
Por tus galantes engrillados
Sin cesar ofrecidos

Chusma de rimadores
Dedicándote sus primores
Y contemplando tu zapato
Bajo la escalera,

Más de un paje enamorado del azar,
Más que un señor y más que un Ronsard
¡Espiaban por diversión
Tu fresco escondrijo!

Tú contabas en tus lechos
Más besos que lises
Y ordenabas bajo tus leyes
¡Más de un Valois!

—Empero tú vas mendigando
Algún viejo mendrugo yaciendo
En el umbral de cualquier Véfour
De la encrucijada;

Tú vas curioseando por debajo
Joyas de veintinueve sueldos
Que yo no puedo, ¡oh, perdón!
Regalarte.

¡Ve, pues, sin otro adorno,
Perfumes, perlas, diamante,
Que tu magra desnudez!
¡Oh, mi belleza!





.

¡ Que frío tan atroz !, caía la nieve y la noche se venia encima. Era el día de Nochebuena, en medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña paso por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.

Tenia en verdad zapatos cuando salio de su casa, pero no le habían servido mucho tiempo, eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado, tan grandes que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.

Y así la pobrecilla andaba descalza con los desnudos piececitos completamente amoratados por el frío, en un viejo delantal llevaba algunas cajas de fósforos llevando en la mano una de ellas como muestra, en todo el día nadie le había comprado nada, ni le habían dado un misero Chelín, se volvía a casa hambrienta y medio helada, ¡ parecía tan abatida la pobrecilla!, los copos de nieve caían sobre su largo cabello rubio, cuyos hermosos rizos le cubrían al cuello, pero no estaba ella para presumir.


En un angulo que formaban dos casa -una mas saliente que la otra-, se sentó en el suelo y se acurruco hecha un ovillo, encogía los piececitos todo lo posible, pero el frío la iba invadiendo, y por otra parte, no se atrevía a volver a casa, pues no había vendido ni un fósforo, ni recogido un triste céntimo, su padre le pegaría, ademas que en casa hacia frío también, solo los cobijaba el tejado y el viento entraba por todas partes, pese a la paja y los trapos viejos con que habían procurado tapar las rendijas.

Tenia las manos casi ateridas de frío, ¡ay, un fósforo le calentaría seguramente! ¡si se atreviese a encender uno solo, frotarlo contra la pared y calentarse los dedos!, saco uno: ¡rich!, ¡como chispeo y como quemaba!, dio una llama clara, cálida, como una lucecita, cuando la resguardo con la mano, una luz maravillosa. Le pareció a la pequeña que estaba sentada junto a una gran estufa de hierro, con pies y campana de latón, el fuego ardia magníficamente en su interior, ¡y calentaba tan bien!, la niña alargo los pies para calentárselos a su vez, pero se extinguió la llama, se esfumo la estufa y ella se quedo sentada con el resto de la consumida cerilla en la mano.


Encendió otra, que al arder y proyectar su luz sobre la pared, volvió esta transparente como si fuera de gasa, la niña pudo ver el interior de una habitación donde estaba la mesa puesta, cubierta con un blanquisimo mantel y fina porcelana, un pato asado humeaba deliciosamente, relleno de ciruelas y manzanas, lo mejor del caso fue que el pato salto fuera de la fuente al suelo con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta sus piececillos, pero en aquel momento se apago el fósforo, dejando visible tan solo la gruesa y fría pared.

Encendió la niña un tercer fósforo y se encontró sentada debajo de un hermosisimo árbol de Navidad, era aun mas alto y bonito que el que viera la ultima Nochebuena a través de la puerta de cristales en casa de un rico comerciante. Millares de velitas ardían en las ramas verdes y de estas colgaban estampas pintadas, semejantes a las que adornaban los escaparates, la pequeña levanto los dos brazitos.... y entonces se apago el fósforo.


Todas las lucecitas se remontaron en el cielo, ella se dio cuenta de que eran las rutilantes estrellas del cielo, una de ellas se desprendió y trazo en el firmamento una larga estela de fuego.

"Alguien se esta muriendo" -pensó la niña, pues su abuela, la unica persona que le había querido, pero que ya había muerto, le había dicho-, "Cuando una estrella cae, un alma se eleva hacia el cielo".

Froto una nueva cerilla contra la pared, se ilumino el espacio de inmediato, apareció la anciana radiante, dulce y cariñosa.

-¡Abuelita! -exclamo la pequeña-, ¡ llévame contigo!, se que te iras también cuando se apague la cerilla, del mismo modo que se esfumaron la estufa, el asado y el árbol de Navidad.


Se apresuro a encender las cerillas que le quedaban por miedo a perder a su abuela, la luz de las cerillas brillo mas clara que la del pleno día, nunca su abuelita había sido tan alta y tan hermosa, tomo a la niña en brazos y envueltas las dos en un gran resplandor, henchidas de gozo, emprendieron el vuelo hacia las alturas, sin que la pequeña sintiera ya frío, hambre ni miedo.

Cuando llego el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las mejillas rojas y una sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la Nochebuena!, el sol ilumino a aquel tierno ser sentado allí con las cajas de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.
- ¡ Ha querido calentarse la pobrecita !- dijo alguien.

Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de que resplandor había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos.


Autor: Hans Christian Andersen.



.

¿Qué donde esta la niña?,
la que era dulce y se dejaba querer,
que no han vuelto a verla
desde que llegue a ser mujer...

Pero nadie se pregunta
que fue lo que paso
y menos se imaginan
lo que causa el desamor.

Y aunque sé que es un error,
los demás no se imaginan,
que tras esta frialdad
queda algo de esa niña...

Que tras esta mascara,
donde oculto mi temor,
temor que vuelvan
a romperme el corazón...

...aún existe la niña
convertida en mujer
la cual tal vez algún día
vuelva a dejarse querer...

Autor: Desconocido.

Decálogo del artista (

)
I. Amarás la belleza, que es la sombra de Dios sobre
el Universo.

II. No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador,
lo afirmarás creando a su semejanza.

III. No darás la belleza como cebo para los sentidos,
sino como el natural alimento del alma.

IV. No te será pretexto para la lujuria ni para
la vanidad, sino ejercicio divino.

V. No la buscarás en las ferias ni llevarás
tu obra a ellas, porque la Belleza es virgen,
y la que está en las ferias no es Ella.

VI. Subirá de tu corazón a tu canto y te habrá
purificado a ti el primero.

VII.Tu belleza se llamará también misericordia,
y consolará el corazón de los hombres.

VII.Darás tu obra como se da un hijo: restando
sangre de tu corazón.

IX. No te será la belleza opio adormecedor,
sino vino generoso que te encienda para la acción,
pues si dejas de ser hombre o mujer,
dejarás de ser artista.

X. De toda creación saldrás con vergüenza,
porque fue inferior a tu sueño, e inferior
a ese sueño maravilloso de Dios,
que es la Naturaleza.
Pintura:Venus óleo sobre lienzo de :Henri-Pierre Picou

Decalogo del Poeta (por Raúl Gálvez Cuéllar)

1. Tienes que estar convencido de ser poeta. Si dices "no soy poeta", o eres hipócrita o quieres que te alaben.

2. Grafica tu alma y corazón en la hoja en blanco, extiéndete todo tú, con toda tu sangre, todas tus células y todos tus huesos. De lo contrario arroja tu pluma a la basura.

3. Al poetar, olvídate de las formas pero nunca del fondo.

4. Revisa bien tu poema antes de lanzarlo al mercado. Ningún artista vende su obra si no la considera finamente acabada.

5. Jamás busques palabras de erudito porque a nadie vas a engañar, aparte de a ti mismo y de quedar en ridículo.

6. Tienes que estar conciente que más escribes para la posteridad que para el mezquino presente.

7. No te preocupes si tu poesía vale o no. Para el primer caso alcanzarás la gloria aunque no la busques; y en el segundo, parecería que ignoras que existen otras ocupaciones, y que ya hay demasiados poetas en el mundo.

8. Debes reconocerte como a un ser diferente, por no decir raro. Lo único que te iguala al resto es que a tus pulmones ingresa el mismo aire que respiran los demás.

9. No escapes de tu responsabilidad social, porque el arte puro no es arte, sino cuando se orienta a transformar para bien la sociedad donde vives.

10. Por último, puedes llamarte poeta si has decidido morir con un lápiz en la mano y en tus labios una sonrisa.
Raul Galvez Cuellar


Amor y cultura...



Qué nombre tiene este gesto, más que cultura y amor... llevando a su espalda pegada, un retoño en flor, apretando junto a su cuerpo, el producto de una semilla que ya nació... nació como nacen todos, queriendo crecer y vencer los obstáculos de la vida, ayudado por ese ser, que le brinda sin medida, día y noche su querer, sin separarse de su cercanía, camina y camina, mientras el niño siente que lo aman profundamente, y ella acostumbrada a llevarlo por donde vaya, no se despega de su crío, ni por el viento ni por el frío... Qué nombre le pondrías a esta imagen tan sentida, a este despliegue de ternura y lucha, que ambos demuestran, ella desde su maternidad, él desde la cuna... Es cuestión de amor y cultura...

Raquel Norma Smerkin Roitman

El conocimiento es amor y liberación....



Llegar a la claridad, subiendo la cuesta bien empinada donde se hallaba la ignorancia, cómo se fatiga el alma, hasta alcanzar la luz, para que el conocimiento se haga ver, y nuestros ojos cansados de las sombras, se abran de a poco, para asimilar una nueva realidad, la de nuestra verdadera perspectiva de todas las cosas...
Mientras estamos en la oscuridad, nada sabemos de nosotros, y menos de lo que nos rodea, todo se desfigura en copias de copias de las cosas, sin llegar a ninguna esencia, pero cuando tocamos con nuestros ojos del alma, la iluminación total, ya no hay escapatoria, ni forma de volver atrás, hemos superado una etapa que no volverá... Somos en un principio, aprendices de la vida, luego nos formamos con la experiencia y la sabiduría que da la intuición pura, en verdaderos maestros de nosotros mismos, hemos atravesado nuestra propia ignorancia, y damos a luz, la criatura que nos conoce más que nadie, entonces viremos en el plano del conocimiento puro, más que nunca... Llegaremos al amor, escalando esa montaña empinada, porque el conocimiento también es amor, y liberación...

Raquel Norma Smerkin Roitman

Raquel Norma Smerkin Roitman

No hace falta ir a ningún lado, para estar allá, yo viajo con el alma, y encuentro lo que busco siempre, en los rincones de las esperanzas, porque me hundo y me levanto continuamente, muero y revivo, usando mis fuerzas para poder emerger de la cicatrices que hieren fuerte... No hace falta más que viajar con la fantasía, hacer que la ilusión ilumine tu vida, y la imaginación se agrande tanto, que no quepa en tu corazón, tanto asombro y alegría...
No hace falta ir a ningún lado, para estar allá, porque dejo mi cuerpo reposando mientras me deleito viajando por todos los sitios en donde florece la espiritualidad, con las alas de la verdad, con el corazón lleno de humanidad, viajo y viajo, para traer a la tierra, todo lo bello, olvidando de los seres humanos las miserias...

Raquel Norma Smerkin Roitman


MOSAICOS
de

·
No es la luna que quieta
retuerce las miradas
hasta besar el dorso
de su propia historia.

No es la tierra que baila
sobre el mismo candil sideral;
… sus manos ya desprenden
ramas quebrando recuerdos,
… su pasado ya despide besos
de sal fosilizada.

No, no es el encuentro
de la tierra y el mar
y de éstos con las nubes
danzando nuestros temblores.

¡ Jamás…jamás pudo serlo ¡

Y nuestros ojos
deslumbrándose están
con sombras de colores,
cabalgando esas nubes
torpes y lascivas.

¿Donde entonces
las raíces de nuestros miedos
y el conjuro de las alegrías
si no hay cielos ciertos?

¿Donde las respuestas
para morderle las manos
a las umbrías de mis dudas?

… ¿Dónde?

Extinguidos están los latidos
de la madre tierra,
tantas veces evocados.
Un charco de agua gris,
agonizando está bajo el sol.
Brilla con su último estertor
y escupe imágenes postreras.

Las respuestas elevan
sus velos sin color,
respirando por cascajos.
Estuvieron lejanas,
sin distancias a pie,
con nuestras manos dentro,
inquietando canales viscerales.

Serán nuestras entrañas
construyendo nuevos senderos,
nuevas borrascas sin destinos;
y si alguien ha de llegar,
pionero por siempre ha de ser
en sus miradas interiores,
conversas e insurrectas,
de sus propios
mosaicos libertarios.

Ojo, mosaico, peke. Fotomontaje de la artista Edel Rzepka

ESTRECHAMENTE ABRAZADOS DE



Estrechamente abrazados
deseando ingresar en esta
penumbra que origina la noche
para derrotar los límites del cuerpo.

Estábamos hace un momento separados
pero sentimos un ímpulso y nos quitamos
el uno al otro la ropa
Era un impulso apremiante
que no permitía
tomar el tiempo necesario
para que nuestros cuerpos
se unieran lentamente

Hemos formado un ser
con dos frentes iguales
en donde lo lo qué es discorde
se unifica.

La ventana abierta deja entrar
los rayos de la luna
mientras una música deliciosa
se filtra en nuestros oídos.

Tu mano firme y delicada
se aposenta en mi cueva humedecida
donde se esconde una flor
que va abriendo sus pétalos
para recibir su semilla.

En una intimidad secreta y muy celosa
una carne y una boca intercambian
besos y caricias
sin más testigos que los rayos
de la luna y la brisa del viento
que también contribuyen
a refrescara nuestros cuerpos
que están ardiendo por
esta pasión que esta
noche nos devora



Mercedes Tamara
22 junio 2012

Martha Lyda Marulanda Rodriguez
Hace 9 horas
Martha Lyda Marulanda Rodriguez
♦♣♠• ¿ CUAL PREFIERES ? •♠♣♦
♦♣♠• Hombre que con curiosidad
a mi te acercas,
siendo muy lastimosamente directo
preguntas con gran interes
¿ Que edad tenes ?
Escuchame con atencion
y la respuesta encontraras...
tengo la inocencia angelical que se respira
a los escasos diaz años;
poseo la candidez y el sonrojo
del primer beso en el primer vals
de quinceañera enamorada.
Disfruto del despertar afanoso
de los deseos e inquietudes
de mis primeros veinte años.
Convivo con la responsabilidad
de una organizacion familiar,
cuando aun solo cuento con mis primeros
treinta florecidos eneros;
vibro y palpito con la experiencia y la vitalidad
de la dama cuarentona..
ardo en la otoñal pasion esplendida
de mi ardorosa piel, de mi sabia piel
que se calcina en cada entrega,
que se puede dar sin prejuicios ni ataduras
con la experiencia impudica de los cincuenta
bien vividos y disfrutados años;
poseo la expectativa sabia de quien todo
lo a visto y provado,
de quien a recorrido los placenteros
deleites del amor y de la carne
mas siempre me sorprende un nuevo beso
logrado en un bello amanecer a los
sesenta ciclos de mi existencia.
Conozco a hombres como tu,
los que siempre preguntan como lo mas importante
¿ cuantos años tenes? y la vida
me ha enseñado la respuesta, con prudencia
acierto y malicia que dictan los ochenta
los ansiosos años ochenta o ¿seran noventa?
ahora mi turno de interrogar
a tu confundido sentido...
¿ Cual de todas mis edades descritas te sirven ?
¿ A cual de estos ciclos puedes responder
con gallardia, valor y desempeño?
¿ Que edad crees que puedes llenar ampliamente
en mi vida, como amigo o como amante ?
y ¿ que puedes ofrecerme que sea placentero
ademas de tu torpe curiosidad ? ♦♣♠•



.♪
La poeta irreverente.

LABERINTO

No habrá nunca una puerta. Estás dentro
y el alcázar abarca el universo
y no tiene ni anverso ni reverso
ni externo muro ni secreto centro.

No esperes que el rigor de tu camino
que tercamente se bifurca en otro,
tendrá fin. Es de hierro tu destino
como tu juez. No aguardes la embestida
del toro que es un hombre y cuya extraña
forma plural da horror a la maraña
de interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
en el negro crepúsculo la fiera.




A LA GRACIA PRIMITIVA DE LAS ALDEANAS

Hambre y sed padezco: Siempre me he negado
a satisfacerlas en los turbadores
gozos de ciudades -flores de pecado.

Esta hambre de amores y esta sed de ensueño
que se satisfagan en el ignorado
grupo de muchachas de un lugar pequeño.

Vasos de devoción, arcas piadosas
en que el amor jamas se contamina;
jarras cuyas paredes olorosas
dan al agua frescura campesina...

Todo eso sois muchachas cortijeras
amigas del buen sol que os engalana,
que adivináis las cosas venideras
cual hacerlo pudiese una gitana.

Amo vuestros hechizos provincianos,
muchachas de los pueblos, y mi vida
gusta beber del agua contenida
en el hueco que forman vuestras manos.

Pláceme en los convites campesinos,
cuando la sombra juega en los manteles,
veros dar la locura de los vinos,
pan de alegría y ramos de claveles.

En el encanto de la humilde calle
sois a un tiempo, asomadas a la reja,
el son de esquilas, la alternada queja
de las palomas, y el olor del valle.

Buenas mozas: no abrigo mas empeños
que oír vuestras canciones vespertinas,
llegando a confundirme en las esquinas
entre el grupo de novios lugareños.

Mi hambre de amores y mi sed de ensueño
que se satisfagan en el ignorado
grupo de doncellas de un lugar pequeño.



(1888-1921), poeta mexicano. Su obra suele encuadrarse en el postmodernismo literario. En México alcanzó una gran fama, llegando a ser considerado el poeta nacional.

Counting The Stars - Ernesto Cortazar :Counting The Stars – Ernesto Cortazar jun 21 Las estrellas dan conciertos Con melodías de galaxias.

CONECTA CON TU NIÑO INTERIOR. - JOSÉ MARÍA.