Seguidores

lunes, 19 de marzo de 2012

Fabio Mosquera Carreño

MIEL AMARGA.-

Cuando el cuerpo se pregunta
entre lágrimas sin calma
responden pujos del alma


y la mente se despunta
titubeos sin disyunta
en razones sin nodrizas
argumentos vueltos trizas
como lastres en descarga
bebida de miel amarga
que nos mata en lentas prisas

Autor : Fabio de la Cruz Mosquera C.
Propiedad intelectual Reservada.
Ibagué-Colombia Marzo 19 de 2012.
A quién confiaré...
de Karla Stöker. Derechos Reservados.

Inspiración : Rachmaninov- Rapsodia.

¿A quién confiaré mi tristeza?
¿A una gárgola?
¿A una catedral? Son tan calladas y tan heladas... que ningún buen consejo me pueden dar.

¿A quién confiaré mi tristeza?
¿A los cisnes de aquel lago? ¿A las hadas que viven sobre las orquídeas?
Son tan mitológicas como mi sentir... Son tan puros que no se llenarán las alas de triste gemir.

¿A quién confiaré mi tristeza?
¿A gente inteligente? ¿A personas razonadas?
Me dirán: ¡Ve! ¡Olvida y Calla! Gritarán en mi oído: '' Olvida ya el asunto, deja de ser niña y comienza a crecer''


¿A quién confiaré mi tristeza?
¿A artistas? Pintores, escritores, escultores, fotógrafos... Solo plasmarían mi emoción en sus obras y después se harán ricos y nada humildes.
A quién confiaré... a quién confiaré mi tristeza?
¿A un caballo? ¿Al mar? Uno es tan libre y feliz, que no entiende de eso. El otro , sólo tiene paz mental.


¿Confiaré acaso mi tristeza al viento?
¿Se la escribiré al invierno?
¿Se la cantaré al verano? Nada saben ellos de eso, ninguno pues, fue creado con esa emoción, la cual es muy de los ''humanos''.


¿Confiaré mi tristeza a un extraño? Tal vez a un comerciante, a un gobernante, a un estudiante, tal vez hasta a un niñito...
¿A quién cantaré mi tristeza?
¿A quién si no a un extraño? Que no conozca ni mi nombre ni mi condición, que no juzgue ni mi apariencia, ni la hinchazón de mis venas...que no note ni el color de mis ojos siquiera.

¿A quién confiaré mi tristeza?
¿A mi mejor amiga? ¿A mi peor enemiga?
Una me conoce tan bien, que se preocupará tanto que no querrá ni comer por cuidarme...Otra simplemente olvidará, me tendrá lástima y volverá a olvidar.


¿A quién pues, confiaré mi tristeza?
Oí una voz ronca decir: '' A la felicidad puedes contarle todo ''

RACHMANINOFF-RHAPSODY