Me parezco a todo
y también a nada.
Descúbreme en
la fragilidad del tiempo,
en la promesa
que la rosa dejó
a la alborada,
en la suavidad
de la brisa
que no quiere
ser viento,
en el pecado
que se rebeló
a la confesión.
Descúbreme
en la firmeza
de los rayos
del sol,
en la mentira
que oculta
la otra cara
de la luna,
en el azote
rotundo
de los temporales.
Descúbreme:
en mis torpezas,
en mis dudas,
en lo bueno y malo
que hay en mí,
en mi imperfección.
Salta la muralla,
destierra ese cerco,
mírame como
si mi rostro fuera
la viva muestra
de lo que realmente soy.
Habrás llegado
al bosque impenetrable
de ocultos sentimientos
que conoceremos
tan sólo;
tu y yo.
y también a nada.
Descúbreme en
la fragilidad del tiempo,
en la promesa
que la rosa dejó
a la alborada,
en la suavidad
de la brisa
que no quiere
ser viento,
en el pecado
que se rebeló
a la confesión.
Descúbreme
en la firmeza
de los rayos
del sol,
en la mentira
que oculta
la otra cara
de la luna,
en el azote
rotundo
de los temporales.
Descúbreme:
en mis torpezas,
en mis dudas,
en lo bueno y malo
que hay en mí,
en mi imperfección.
Salta la muralla,
destierra ese cerco,
mírame como
si mi rostro fuera
la viva muestra
de lo que realmente soy.
Habrás llegado
al bosque impenetrable
de ocultos sentimientos
que conoceremos
tan sólo;
tu y yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario