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jueves, 23 de febrero de 2012


Capítulo
de Mardy Mesén Rodríguez
Vino hasta mi calma con sonrisa quieta
y en la mansedumbre de su triste voz
fue tan transparente como luz de grieta
como la presencia cercana de Dios.

Habitó mis horas y entre la espesura
de la selva virgen se internó sin fin
cumbre de mis labios, piel de mi locura
un sol encendido sobre mi confín.

Llenó con sus besos todos mis rincones
su palabra el río que anegó mi ser
fue dulce arcoíris de mis estaciones
y la fiel caricia del amanecer.

Luego su mentira, su cariño a medias
esa prepotencia de saberse amado
privó mi delirio tras largas ausencias
desterró al silencio su placer ajado.

Hoy ese recuerdo tan solo es un lienzo
de una brasa ciega cual pupila muerta
un árbol caído, y entre más lo pienso
un viento que sopla detrás de la puerta.
Derechos reservados bajo Ley de Protección Intelectual
Registro de la Propiedad, Costa Rica 2012.

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