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jueves, 26 de enero de 2012

Sumisa
Te entregué todo sin pedir nada
te di mi juventud, mis buenos días,
estaba sumamente enamorada,
...ya sé que al principio tú me querías.

Pero los pésimos tiempos vinieron
soplando como un viento huracanado
las manos y labios que me quisieron
¿Cuántas veces más me han humillado?

Sustituyeron al amor y a la risa
los golpes, los insultos y amenazas,
y se instauró el dolor muy deprisa
en mis grilletes y en tus corazas,
mi voluntad por el miedo sumisa,
primero me pegas, luego me abrazas.

Aitor Cuervo Taboada

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