Seguidores

viernes, 17 de febrero de 2012


Soledad, ven conmigo...


Hacía tanto que no te veía tocar las cuerdas de ese violín amigo... soledad, ven conmigo, ayúdame a tararear el silencio de tu despertar en mi alma, incorpórate ante mi sombra, hagamos de nuestras presencias, una sola, porque nos amamos tanto, nos extrañamo infinitamente, y cuando juntas no estamos, nos sentimos como seres deficientes, en la brevead del ser que reclama eternas presencias en donde se exprese el alma...
Soledad, ven conmigo... no me abandones en tu acunar de estrellas que titilan en mi corazón, que en cada rincón necesito que ocupes tu reservado lugar...
Soledad, eres como la propia libertad, como la puerta a la intimidad que grita su encantadora magia, mientras tu sigues entonando las notas que tararean el silencio de tu despertar en mi alma...
Somos una en dos porciones elaboradas por el amor, no te disfraces de alegría, tampoco de llanto, espérame en ese cielo tan amplio, para elevarnos juntas hasta la inmensidad...
Soledad, te esperé ya tanto... ven conmigo... tómame de la mano, crucemos este camino blanco, sin desfallecer, con la sola intención de cantarle al amor, los goces de la inspiración...
Soledad, ven conmigo... es un llamado a la introspección, es un pedido a la meditación, es una súplica espiritual la que te hará regresar a mi lado, como si nunca me hubieras faltado... Te echaba de menos querida soledad...
Soledad, aquí y ahora es el encuentro, en esta esquina quejosa que dobla mi pecho, ansiando tenerte tan cerca como al más grande de los amigos... Soledad, no me puedes fallar... Ven conmigo, no te arrpentirás...


Autora: Raquel Norma Smerkin Roitman
16.02.2012
Todos los derechos reservados
: Fotografiando, Magia, Montaña

No hay comentarios: