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lunes, 19 de julio de 2010

Temporales, de Raquel Norma Smerkin Roitman

Así desnuda,
entera y
perdida,
sufriendo
en la intemperie,
natura
se entrega toda
al temporal
que mutila
a la noche.
Cada vendaval
dobla su paisaje,
lo parte
mitad tronco,
mitad árboles.
Caminos revueltos
como la cabellera
del amante que
deja a su amada
de golpe y huyendo.
Natura
queda sola
en su lecho
de hojas secas,
marrones y opacas.
Del paisaje
nadie se apiada,
necesita consuelo,
una caricia
que no hiele
su espalda.
Un poco de calor
reclama su alma,
por ello la noche
desesperada
quiere aferrarse
al paisaje
para siempre,
dice basta,
pero el feroz viento
no la escucha,
la lluvia
de tormenta
se disfraza.
Tose, se retuerce
se asfixia
golpea una ventana,
implora que la noche
no sea tan larga.

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