y ya no me quedan
ni un pequeño hueco
para llenar con poemas.
El vacío se transformó
en desesperanza,
en luto de sueños,
en temores
que atraviesan
todos los tiempos.
Mi boca seca
espera la húmeda
caricia de la noche,
pero aún no llega.
Mis pies cansados
reposan en el olvido
indiferentes, apagados.
Quiero volver a la luz
que me prometían
los amaneceres llenos
de consonantes y vocablos,
desesperados y valientes.
Quiero la paz que me debes
con tu fuerza y seguridad,
amor trascendente.
Estube buscando
y no encontré dentro mío
ni una rima que pueda
desterrar esta desazón
que hoy me llena.
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