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viernes, 8 de junio de 2012


TAÑIDOS DE AMOR, INTESTINOS DE ODIO de Hugo Manrique



Sus ojos intentan hablar,
los labios lagrimean sus miedos
y las pieles… sus tersuras
sembrando están los corazones
tierra abajo, cuando son cenizas.

Sus manos suplican…
sus años cenicientos
sin haber nacido, están ahí,
mirándose entre sí,
son párpados, son horizontes
que llegarán a sus puertas
sin tocar las campanas recién despiertas.

Miran las guadañas de carne
que regurgitando están sus odios
cuando son dinastías y abismos
resucitados, asfixiantes,
… quebrantados.

Y sus anhelos esparcen esquirlas,
las gargantas se bendicen,
sus salivas están construyendo
recuerdos prestados,
sin garantía de sus pechos,
sin cuotas en sus temblores.

El futuro llegó sin aviso
soplándoles tañidos finales,
son sus minutos postreros
y los capullos brotan
con sus sueños de vida eterna:

SERÉ,
bombero de cenizas aquietadas, enfermera con desvelos de ternura,
doctor de manos milagrosas, ingeniero de rascacielos afectuosos,
arquitecto de templos libres, cocinero de sabores transparentes,
bibliotecario de recuerdos honestos, policía de sonrisa justiciera,
conductor de caminos fervorosos, astronauta de estrellas con brazos,
fotógrafo de instantes eternos, juez de balanzas perfectas,
periodista de noticias azules, profesor de tesoros escondidos,
sastre de satines arrullando huesos, salvavidas de peces besando peñascos,
abogado defendiendo montañas inocentes, traductor de todos los idiomas y sus hombres,
soldado defendiendo el canto de los grillos,
escritor de noches cabalgando la luna,
poeta de inciensos cerrando las heridas en los vientos
seré, seré,
seré…

Se escucha, se escucha,
el dolor ya tiene boca,
los dientes, sus aspares
se encienden en las ventanas
y son libres de vidrios añicos
volando lejos de los suelos
que humanizados intentarán
arrullar su sangre, su río desbordado.

Y no lo saben los sables de tierra herida,
será la ceguera de sus fusiles fabricados
con el desagüe de sus intestinos.

Será la sordera de sus chaquetas
acicalando el óxido de sus medallas.

Será, será, la indiferencia
acumulando almas retraídas
en toda la tierra,
mirando con las manos apretadas.

Nadie sabe, nadie
y ya son lienzos de amor
lloviendo sobre las nubes.
Nuestras manos se extienden,
cruzan los brazos y las fronteras.
Los cielos serpentean
estrellas hasta el suelo…

y caen
sobre nuestras conciencias,
caen y caen sin cesar
pétalos desplegando alas
y tajos abiertos.

Ya son tersas, ya son libres
nuestras flores gimientes
nuestros niños durmientes
… hijos son
de la tierra, del barro
sembrando nuestros párpados
ante los nuevos días
por siempre … para siempre.

A LA MEMORIA DE LOS 49 NIÑOS MÁRTIRES DE AL HOULA, SIRIA. NUESTROS NIÑOS.
MAYO 2012

Los niños muertos. Oswaldo Guayasamin, 1942
http://www.pr.gov.br/mon/exposicoes/guayasamin_fotos.html

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