Sendero, de Liesel Diaz

Todos buscan con desespero la meta.. yo el camino.. me disocian las señales erróneas sin fe de erratas que debo adivinar después de tropezar mil veces.. pero el camino en si, lleno de ilusiones y promesas bien vale la pena.
Mas allá de la curva hay un descampado, no me alcanzaron las migas para volver atrás, por mi propio bien y a oscuras dejo que mi corazón me guíe.. mas adelante un río que me provoca hundirme en su corriente y lo hago, bien vale la pena !, se me duermen las manos de tanto saludar y de tomar prestado tengo llenas las alforjas pero no devolveré ni una sola de las piezas que tome con tanto amor.. por ejemplo: aquella mirada esquiva que decía tanto, el beso en medio de la pista, la luna llena detrás de las nubes espiándolo todo, la sonrisa de la luciérnaga que intermitente jugaba a ser luz, el origami de orquídeas y mariposas, el recuerdo del penúltimo abrazo en un parque ,.. todo cargo conmigo y no lo devolveré a menos que necesite una tregua conmigo o un espacio donde poner la brújula de tus ojos .
Si me lo pides, te alquilare el candor de mis veinte años para que te salve de este desenfreno, sembrare en la rivera un no-me-olvides que cambia de nombre y de color en la primavera.. haré tu sendero tan animado que entenderás entonces porque demoro mi viaje sin prisas, reconociéndome en cada esquina que no encuentro, alisando mi cabello que nunca me importo peinar, poniendo flores frescas que me regalo prendidas de rocío y de perfume.
Te dejo transitar conmigo, pero debes venir solo, matemáticamente hablando no se de sumas y multiplicar se me hace extraño.. te presto mi sombra como alcoba y hospedaje.. lo tomas o me dejas ??