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martes, 17 de agosto de 2010

Monic Barbancho EL RELEVO EN EL TAJO.

Cuando cambian los turnos del minero,

estrecha con su abrazo al compañero,
...
dejando la solidaria cuadrilla.

Abandonando el profundo agujero,

deja la mina, en busca del lucero

que en el horizonte con fulgor brilla.

Pastan los rebaños en las verdes colinas,

el pastor contempla los brillantes luceros.

Arañan la codiciada hulla los mineros

en la tenebrosa obscuridad de las minas.

Animoso labora el minero, con rostro sereno y campante,

alertando predispuesto, lo asesora el celoso Vigilante.

Chirrían las vagonetas en los escuálidos rieles,

avanzan las mulillas por las rampas y relieves.

Equipos de rudos mineros, prudentes y capaces,

coordinando sus esfuerzos, los doctos capataces.

Trabajan tenaces los mineros

cuando tienen buenos Ingenieros.

Los gigantescos camiones pesados

a pequeños trenes reemplazarán,

pujantes pánceres electrificados

a resignadas mulas relevarán.

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