Me obligo a decirlo:
perdón
por los perdones ya ofrecidos.
Mama,
¿está tu pecho
aún en los ríos?
¿es enorme tu melena
de gorriones todavia?
Mama bella,
mi Mama,
te duele la piel
con nuestros pasos.
Tu sombra de cinturón de fuego
se nos apaga...
Pero habemos muchos mi Mama,
errantes y
torpes pero muchos
de tus hijos.
Hoy el maldito te traicionó
y aquí no hay cruz Mama,
Hay motores y motosierras,
hay excavadoras y aves muertas,
pero no hay hombres,
no hay mujeres...
Sólo trozos y desperdicios
de carne destruyéndote
mi querida Mama,
sólo desperdicio de cerdos
(y que me perdonen los cerdos Mama)
truncando tu sabila bendita...
Pero habemos muchos mi Mama,
errantes y
torpes pero muchos
de tus hijos.
Mama ¿Perdonarás?
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