desatas tu ofuscación en el pozo inagotable
de la orgía imposible
haces oscilar tu pañuelo en el nutrido carmín
de sus burlas artificiales
construidas con cuidadoso método
para bloquear en ti mi niña gemela
el normal curso de tus pensamientos
y después de acabar su maquinaria de juegos
él te toma fuerte de los cabellos y te arrastra
en la nube negra - de tan negra casi blanca -
de su éxtasis cargado de pesada solemnidad en fiesta
que no deja de extinguirse a sí misma
que no deja de emboscarse a sí misma
que no se aleja de tus labios
y en la copa de su espumoso champaña te encierra
y te hace ver en la calle todo el rato
esqueletos de cartón
moviéndose en la desenvoltura y dejadez que penetra
en lo dibujado perenne de tu propio cuerpo sin ir más lejos
y esos sonidos de violines subiendo los cerezos de tu edad inmortal
los oyes en la profundidad de erógenas colmenas
que sólo tú percibes
en lo solitario de todas las cosas
y a pesar de que nunca lo has llegado a conocer
él es el que está en cada historia por contar
y su voz alzada en anarquía furiosa
es lo que realmente configura tu mundo
al desaparecer sin final
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