Desde el balcòn aquel de nuestros sueños traquidos,
ese que desboca justo en medio de la gran plazuela,
rememoro de las veces que caminè a tu lado entrelazado
en medio de la lluvia que revolotea, juega y os toquetea,
donde las palabras escasean, en medio de densas nubes
y cielos grises que tanto os dijeron; que tanto recibieron.
Cuantas tardes lujuriosas nos entregamos al amor desbocado,
donde tocàndonos estamos màs que unidos, màs que vivos;
en aquel rincòn tan tuyo como mìo, dejando prendas
por doquier, donde encontrarnos ya no es mera fantasìa,
justo ahì, donde tantas veces nos soñamos ahora
estamos, como nunca jamàs siquiera imaginamos.
Cuantos sueños compartidos de aromáticos encuentros,
frente a frente al fin estamos, con nuestras almas desgarradas,
- (justo en medio de la nada) - nuestros cuerpos danzan,
parlan sin palabras, nada os importa, el tiempo no existe
mas en la memoria, solos tu y yo, la gentil lluvia, y los sueños
èstos que jamàs siquiera imaginamos, tan bellos como el toque
y roce de nuestros cuerpos recibiendo; debatiendo...compartiendo.
Pintura de Anatoly Dverin
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