Frente al límite del miedo...
Cuántas ideas te pueden pasar por la mente, cuántas situaciones puedes sentir como posibilidades de actuar, en qué estado te encuentras para reflexionar... Allí tienes, pegado a tu ser, un mar bravío que te tienta, unas rocas que te herirán si te lanzas a la mar... Frente a límite del miedo, estás, dudas, te inclinas, pero no caes en la marea, porque aún amas la vida, y tienes por delante muchas puertas que se abrirán, infinitas posibilidades de seguir viva, pero una sóla, tan solo una de caer muerta...
Sortea las piedras y vuelve con tus seres queridos que te esperan, bésales la frente a cada uno, como si fuera la primera vez que les demuestras que los amas, vale la pena estar vivo, todo vale la pena menos interrumpir de tu vida el camino, por un momento en que la reflexión y el amor no llegan a tu alma, porque temes seguir sufriendo, o la abulía te llenó de nostalgias...
Esconde esa furia que te acosa, elige ser tu y amar como sabes que puedes, lucha no te aferres a la muerte, porque no es salida, es una puerta que se cierra... y de ella no se vuelve...
Raquel Norma Smerkin Roitman
Para todo aquel que llegado un momento de desesperación decide terminar con su vida... que se detenga, que se de tiempo a sentir amor...
Porque el amor es simplemente eso: la forma del comienzo tercamente escondida detrás de los finales. Roberto Juarroz .
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domingo, 1 de abril de 2012
VERSOS PARA EL OLVIDO
Amor,
Escúchame atentamente
Lo que tengo que decirte,
Ahora que se fueron las sombras
Y a solas te quedaste conmigo…
Sé que moriré dos veces,
Una cuando te vayas,
Y en mis labios aún ardientes
Solo crepite la hojarasca
De tantos otoños recorridos
Entre los ojales de mis dientes
Penitentes del gemido
Y el centro exacto de tu vientre.
La otra, cuando un invierno
Cualquiera, hiele esta pasión
Que palpita desde mis entrañas
Hasta la punta de mis dedos
Modelando la desnudez de tus senos
Y solo quede escarcha de mis sienes
En la memoria de tus pezones.
Y cuando la sangre de mis venas
Haya palidecido hasta ese tono tan blanco
De la cuartilla vacía de versos,
Ya se habrá cumplido
El tiempo de los sueños,
Y será la volátil sombra
De un instante empequeñecido
La única huella que quede
De un soñador empedernido.
Y si he de morir una tercera vez
A la que obliga el olvido,
Que me entierren
Bajo tres capas de tierra
Y una de cemento bien fraguado,
No pongas sobre mi tumba
Un epitafio que te recuerde
Que prefiero ser un hálito ignoto,
Que morir mil veces cada dia
Ahíto de nostalgia
NO NIEGUES ESTA ALBORADA POR LUISA GARCÍA
1
Me encontré el corazón
cuando cojeaba a la puerta
había llegado por sus propios pies
hasta ese recodo de la inocencia
en el que habitan tarántulas
y recibió mordidas de molinos
y de Polifemos inadvertidos
pero aplastantes y genuinos.
2
Aún reía, tratando de refugiarse
en la ermita que había quedado
decapitada por un aguacero,
ya iba vacilante y de rodillas
cargando sobre su lado derecho
una pena ramificada y verde
que dormía en un sombrero de miedo.
3
Lo vi hacer de todo en las losas
tartamudear de coraje
sollozar solitario
lanzar al cielo
granizadas polvorientas
lo vi tronchado y sediento
arrastrarse y agonizar
sin un beso.
4
¡Ay corazón qué regresas
casi al borde de un infarto
con las ojeras moradas
y los pies ya por delante
en un vacío terrenal
buzo de las emociones
cosechador de recuerdos
conoces los cien dolores
disfrazados en temblores
que habitan mi mundo incierto!
5
Quién te engañó con los sueños
y te habló de maravillas?
quién insertó en tus cristales
los pecados que abominas?
quién te mostró riachuelos
secos de llanto y semillas?
6
¡Buen corazón casi yerto
vuélvete luz en mi estero
resucita, pronto, y cierto
saca las bridas cortadas
ponte de pie y por tu bien
no niegues esta alborada
te estoy abriendo mi puerta!
LUISA GARCÍA
31-03-1
Fotografia de gonzalo-dominguez-vazquez
1
Me encontré el corazón
cuando cojeaba a la puerta
había llegado por sus propios pies
hasta ese recodo de la inocencia
en el que habitan tarántulas
y recibió mordidas de molinos
y de Polifemos inadvertidos
pero aplastantes y genuinos.
2
Aún reía, tratando de refugiarse
en la ermita que había quedado
decapitada por un aguacero,
ya iba vacilante y de rodillas
cargando sobre su lado derecho
una pena ramificada y verde
que dormía en un sombrero de miedo.
3
Lo vi hacer de todo en las losas
tartamudear de coraje
sollozar solitario
lanzar al cielo
granizadas polvorientas
lo vi tronchado y sediento
arrastrarse y agonizar
sin un beso.
4
¡Ay corazón qué regresas
casi al borde de un infarto
con las ojeras moradas
y los pies ya por delante
en un vacío terrenal
buzo de las emociones
cosechador de recuerdos
conoces los cien dolores
disfrazados en temblores
que habitan mi mundo incierto!
5
Quién te engañó con los sueños
y te habló de maravillas?
quién insertó en tus cristales
los pecados que abominas?
quién te mostró riachuelos
secos de llanto y semillas?
6
¡Buen corazón casi yerto
vuélvete luz en mi estero
resucita, pronto, y cierto
saca las bridas cortadas
ponte de pie y por tu bien
no niegues esta alborada
te estoy abriendo mi puerta!
LUISA GARCÍA
31-03-1
Fotografia de gonzalo-dominguez-vazquez
“Mil y tantos deseos” "Con amor para todos"
de Nicolas Ramos Lopez
“Mil y tantos deseos”
Mil y un deseo pediré…
mil noches de amor con usted
para calmar la ansiedad
que a mi alma inunda…
Porque fluye el amor
porque la sangre hierve
y el deseo me conduce a su resplandor
buscando sus simientes….
Mil ansias por sus encantos
por sus caricias, por su llanto…
cuando gime en mis brazos
procreando una nueva ilusión
Mil pasiones y un tormento….
para bien o para mal
si es hechizo encadéneme a usted
de su boca no me desprendo
Mil y miles de momentos
palpitando el corazón
sosegando cada encuentro
amando a ritmo y al latir de su alma
Mil gotas… y el sabor…
sobre nuestros cuerpos
como roció calmando la locura
porque la sed aun perdura
Mil sueños y una realidad
el amor vibra, juramos por siempre amar
esta es una entrega donde los dos
hemos abierto las ventanas
Por donde entra el sol…
por donde brota el amor sin pausas
por donde cada día veo el futuro
a usted en mi mundo sintiendo la tan feliz.
Nicolás Ramos López
Alquimista Estupefacto Pensamientos Fallidos Un abrazo que te bese el pecho por Gaby Clutterbuck Kira, El salto MEX y Jorge Franco, Santiago de Guayaquil ECU.
Gaby:
La distancia, mares inconexos de naufragio
Alquimista:
la distancia la cercania disfrazada
sabes imaginar abrazos?
Gaby:
ahhh, imaginar abrazos?, así como un viento o una brisa golpeando el alma...
Alquimista:
es como una corriente que entra por la ventana y se amarra a tu pecho, es la esencia de un podría ser, en algún lugar, en otra época.
Gaby:
Un bálsamo que viene serpenteando con el aire que se fuga por la ventana.
Alquimista:
una nota frágil que vence su ahogo, para descargar su perfume en las pestanias de los labios.
Gaby:
Un vaivén cobijando las horas, navegando en delirios quiméricos, golpeando murallas.
Alquimista:
la mejilla amoratada por el baile de unas manos alborotadas, una canción que se sincroniza escribiendo gotas que la piel succiona.
Gaby:
y en una caricia lejana, todo se va suspendiendo, en una danza de fraguas, de cálida esencia.
Alquimista:
y la ventana que se llena de neón, el vientre se pone como dientes de león, la sonrisa tiene su fiesta, esta ahí, en la temperatura de la cordura que se estrella en tus oídos con un silente mordisco.
Gaby:
¡Ahhhh! Intercalando quimeras, mariposas en pleno vuelo cobijando el tiempo, devastando la lejanía.
Alquimista:
manchándonos de besos, ventilando las crónicas del aura, encuadrando los deseos expuestos por la mirada encendida.
Gaby:
Un destello de luz enterrándose en el alma, aferrándose al presente, a lo efímero, al soplo lunar .
Alquimista:
un acento adornado con cocteles ensalivados, el ósculo de las piernas que reclaman su autonomía, el cuello misterio de psicodelia que tensiona lo distorsionado.
Gaby:
Vamos anclando el instante, suspendiéndolo, dejando entrar por los ojos las manos que destilan incienso, mesura...
Alquimista:
la lengua no es mas una marioneta, es una pluma agarrada a tus nombres encandilados que se arrastran por las cuerdas de tu sombra.
Alquimista Estupefacto Pensamientos Fallidos Un abrazo que te bese el pecho por Gaby Clutterbuck Kira, El salto MEX y Jorge Franco, Santiago de Guayaquil ECU.
Gaby:
La distancia, mares inconexos de naufragio
Alquimista:
la distancia la cercania disfrazada
sabes imaginar abrazos?
Gaby:
ahhh, imaginar abrazos?, así como un viento o una brisa golpeando el alma...
Alquimista:
es como una corriente que entra por la ventana y se amarra a tu pecho, es la esencia de un podría ser, en algún lugar, en otra época.
Gaby:
Un bálsamo que viene serpenteando con el aire que se fuga por la ventana.
Alquimista:
una nota frágil que vence su ahogo, para descargar su perfume en las pestanias de los labios.
Gaby:
Un vaivén cobijando las horas, navegando en delirios quiméricos, golpeando murallas.
Alquimista:
la mejilla amoratada por el baile de unas manos alborotadas, una canción que se sincroniza escribiendo gotas que la piel succiona.
Gaby:
y en una caricia lejana, todo se va suspendiendo, en una danza de fraguas, de cálida esencia.
Alquimista:
y la ventana que se llena de neón, el vientre se pone como dientes de león, la sonrisa tiene su fiesta, esta ahí, en la temperatura de la cordura que se estrella en tus oídos con un silente mordisco.
Gaby:
¡Ahhhh! Intercalando quimeras, mariposas en pleno vuelo cobijando el tiempo, devastando la lejanía.
Alquimista:
manchándonos de besos, ventilando las crónicas del aura, encuadrando los deseos expuestos por la mirada encendida.
Gaby:
Un destello de luz enterrándose en el alma, aferrándose al presente, a lo efímero, al soplo lunar .
Alquimista:
un acento adornado con cocteles ensalivados, el ósculo de las piernas que reclaman su autonomía, el cuello misterio de psicodelia que tensiona lo distorsionado.
Gaby:
Vamos anclando el instante, suspendiéndolo, dejando entrar por los ojos las manos que destilan incienso, mesura...
Alquimista:
la lengua no es mas una marioneta, es una pluma agarrada a tus nombres encandilados que se arrastran por las cuerdas de tu sombra.
El día surge apurado,
es el primero en verme los ojos.
(Y al instante la voz)
Alienada en su desarreglo locuaz.
No posee calificativo.
(Siempre vestida de murmullo)
Viene a mí y me desborda,
viajo con ella liberando formas.
(Entre ángeles y demonios)
En su mundo y mi mundo,
las dos, enamoradas.
(Aglutinando tu alias y mí huella)
Te dibujamos.
Creamos la imagen de tu semblante,
le anexamos el alma que te ilumina.
Un día te amamos y al otro, el olvido.
Todo, detrás de una rima.
Sin regreso por el ancho vuelo del ensueño.
(Misterio, signos, códigos y pergaminos)
Como un velero fantasma (la palabra)
Esa barca que te viaja, te anda y te desanda.
Te llega, me acerca, se queda (nos une)
Con sus alas desplegadas…
© Monicavonmuller
LLUVIA Federico García Lorca
La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.
Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.
Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.
La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.
El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.
Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.
Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.
¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!
¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.
El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.
Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.
¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!
El Tazón del Abuelo
El abuelo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Sus manos temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. El abuelo y su familia se reunían todos los días para comer; pero sus manos temblorosas y la vista enferma le causaban dificultades para alimentarse. La comida caía de su cuchara al suelo y, cuando intentaba tomar el vaso, derramaba el contenido sobre el mantel.
El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo". Así que el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba a la hora de comer. Como el abuelo había roto varios platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando, miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver algunas lágrimas sobre su rostro triste, mientras intentaba alimentarse solo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.
El niño de cuatro años observaba todo en silencio.
Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con unos trozos de madera en el suelo. Le preguntó: "¿Qué estás haciendo, hijo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando sean como el abuelo, yo les pueda servir la comida en ellos. Sonrió y siguió con su tarea.
Las palabras del pequeño golpearon muy fuerte a sus padres, quebrantando sus corazones de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y a pesar de que ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.
Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa junto a ellos. Y, por alguna razón, el matrimonio no se molestaba más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.
Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan todos los mensajes. Si ven que proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres deben escucharlos, ya que muchas veces Dios nos quiere llamar la atención o decirnos algo a través de ellos, no seamos orgullosos pensando que sólo son niños, tengamos la suficiente sabiduría para analizar y meditar el mensaje que un niño nos puede dar. Seamos constructores sabios y modelos a seguir.
He aprendido que la actitud y las palabras de un niño, pueden cambiar una vida. He aprendido que aún tengo mucho que aprender.
"Cuando derramas amor, las personas que lo reciben jamás olvidarán lo que les hiciste sentir” y habrás logrado lo más hermoso: la sonrisa y la aprobación de Dios”
(desconozco el autor)
El Tazón del Abuelo
El abuelo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de cuatro años. Sus manos temblaban, su vista se nublaba y sus pasos flaqueaban. El abuelo y su familia se reunían todos los días para comer; pero sus manos temblorosas y la vista enferma le causaban dificultades para alimentarse. La comida caía de su cuchara al suelo y, cuando intentaba tomar el vaso, derramaba el contenido sobre el mantel.
El hijo y su esposa se cansaron de la situación. "Tenemos que hacer algo con el abuelo", dijo el hijo. "Ya he tenido suficiente. Derrama la leche, hace ruido al comer y tira la comida al suelo". Así que el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor. Ahí, el abuelo comía solo mientras el resto de la familia disfrutaba a la hora de comer. Como el abuelo había roto varios platos, su comida se la servían en un tazón de madera. De vez en cuando, miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver algunas lágrimas sobre su rostro triste, mientras intentaba alimentarse solo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida.
El niño de cuatro años observaba todo en silencio.
Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con unos trozos de madera en el suelo. Le preguntó: "¿Qué estás haciendo, hijo?" Con la misma dulzura el niño le contestó: "Ah, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mamá para que cuando sean como el abuelo, yo les pueda servir la comida en ellos. Sonrió y siguió con su tarea.
Las palabras del pequeño golpearon muy fuerte a sus padres, quebrantando sus corazones de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas rodaban por sus mejillas y a pesar de que ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer.
Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa junto a ellos. Y, por alguna razón, el matrimonio no se molestaba más cada vez que el tenedor se caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel.
Los niños son altamente perceptivos. Sus ojos observan, sus oídos siempre escuchan y sus mentes procesan todos los mensajes. Si ven que proveemos un hogar feliz para todos los miembros de la familia, ellos imitarán esa actitud por el resto de sus vidas. Los padres y madres deben escucharlos, ya que muchas veces Dios nos quiere llamar la atención o decirnos algo a través de ellos, no seamos orgullosos pensando que sólo son niños, tengamos la suficiente sabiduría para analizar y meditar el mensaje que un niño nos puede dar. Seamos constructores sabios y modelos a seguir.
He aprendido que la actitud y las palabras de un niño, pueden cambiar una vida. He aprendido que aún tengo mucho que aprender.
"Cuando derramas amor, las personas que lo reciben jamás olvidarán lo que les hiciste sentir” y habrás logrado lo más hermoso: la sonrisa y la aprobación de Dios”
(desconozco el autor)
Orden y Silencio Elsa Vilanha , Buenos Aires
Tenía dos niños pequeños e inquietos; por eso,
Es que un día reñía con ellos.
Porque un gran desorden reinaba en mi casa.
Mi madre muy sabia, se sentó a mi lado, me mostró
En su espejo mi rostro enojado.
Me dijo: “hija mía, no riñas por eso, no es malo
Que veas tu casa en desorden.”
Que en ella se viva, no es malo mostrarlo...
Los niños dejaron muñecas y autos, los libros
De cuento, ositos soldados, sobre los sillones
Del salón de entrada...
Desde aquí, yo veo que sobre la mesa quedaron
Migajas, los platos y tazas....
También por apuro, dejaron de lado cuadernos
De apuntes, lapiceras y lápices...
El mas pequeñito el suelo a ensuciado, con las
Zapatillas Que mojó en un charco.....
Y sé que en un rato, al volver cansado, tu esposo
No guardará su ropa en el cuarto.
¡No vale la pena que rezongues tanto!
Disfruta del tiempo, que rápido pasa... Llegará
El momento, que en esta, tu casa brillarán los
Pisos de tan encerados, los muebles con lustre,
Lucirán sin manchas, la sala, la mesa, las sillas,
Las camas....estarán prolijas, no desordenadas.
No habrá, en este living, medias olvidadas, ni sobre
La alfombra papel recortado.
Entonces sabrás que ya han partido....
Los niños crecieron, se fueron del nido. Y en
Estas paredes no se oyen sus ruidos, sus risas
Felices, su tierno bullicio....
Sabrás, hija mía, que el silencio es frío, que la
Casa limpia, no será un alivio.
Que el tiempo tan corto, que el día hoy te deja,
No habrá como emplearlo, para que fenezca.
¡Desfrunce ese ceño!.... ¡Ve a darles un beso!
¡Cuánto daría yo, si tu padre muerto, estuviera
Vivo y pudiera verlos!.....
Yo se que diría: ¿Orden y silencio, cuando
Tienes niños? ¡Cuídate de eso!
¿Tú casa en desorden?
YO.......
¡BRINDO POR ELLO!
Desconozco su autor. ......EL TIEMPO PASA MÁS RÁPIDO DE LO QUE DESEAMOS
PRIMERA CITA de Hector Gil De Lamadrid
PRIMERA CITA
Una chiquita bonita,
me abrió un poco la puerta,
aun en etapa incierta,
consintió en una cita,
donde comenzó todo,
a poquito fue a su modo.
Guardaba mucha dinamita.
En su alma atormentada.
Experiencias enfangadas.
Por unas trampas malditas.
Que bañaron en el lodo.
Su fe cuando le dieron de codo.
Esta alma tierna y pura.
Vació sus aguas estancadas.
Como fuente amargada.
Que de su llaga supura.
En una noche especial.
Me relató cuanto mal.
Cargaba en su historia.
Y la mantenía apagada.
Esa criatura lastimada.
Ya harta de la viciosa noria.
Comenzaba a ser creíble.
Lo que ayer era imposible.
Porque en sus ojos divinos.
Se asomaba con presteza.
El epilogo de su tristeza.
Quise cambiar su destino.
Desde esa cita primera.
Con tan solo escucharte.
Sentí que iba a amarte.
Explotó mi primavera.
Ahora nos rodean flores.
Besos y muchas caricias.
Aire de mar y fresca brisa.
Que así son nuestros amores.
© Héctor Gil De Lamadrid Orlando 2010
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