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viernes, 9 de marzo de 2012


POEMAS EN LA ARENA 
I
Las olas vienen.
Las olas van.
Como las olas,
tu recuerdo viene y se va.


Las olas vienen.
Las olas se van.
Mi silencio -- un silencio de cien puertas cerradas--,
se encrespa de rumores, como el mar.


¡El mar, el mar, amor!
¡Amor, el mar!
Mi corazón es una playa triste,
y tú eres una ola que viene y que se va...
VI
Nunca antes fue triste el primer trino de los pájaros.
--Hoy sí.


Como una flor de sombra,
como una mariposa negra y gris,
la noche fue a encenderse de amor entre tus manos,
sobre tus manos diáfanas, que se tendían hacia mí...
Nunca antes fue triste el primer trino de los pájaros.
--Hoy sí.


Y vi que te alejabas por un camino que ascendía
hacia un inhóspito confín.
Y quise acompañarte o detenerte,
no sé... Pero el camino se fue borrando en pos de ti. 

Buesa, José Ángel          

UNA CANCIÓN DE DESPEDIDA 
Adiós, amor que se queda, 
dormido y desnudo al viento; 
huellas en tus callejones 
prolongarán mis ensueños, 
huellas adentro del alma 
cultivarán tu recuerdo; 
adiós, mi tierra de amor, 
dormida y desnuda al viento. 


Del vasto mundo, del mundo 
ya nada tengo ni quiero; 
mas guardado en las montañas 
hay un rincón de silencio, 
una embriaguez a los ojos, 
una ansiedad a los pechos, 
y una canción a los labios 
que me aguarda en todo tiempo. 


Y he de tornar y tornar 
como el péndulo viajero, 
y como torna la niña 
cuando se mira al espejo. 
Silencio de mis montañas, 
Pátzcuaro de doble cielo, 
yo he de tornar y tornar 
como el péndulo viajero! 


19 de diciembre, 1941  Concha  Urquiza

PARA ROBARME LA LUZ DE LA DIGNIDAD LUISA GARCÍA 
¡No, tu mano sobre el rostro, no!
sólo en caricia de primavera
en verso de piel nacido en tus dedos
jamás en la brutalidad de golpes pensados
cristales masticados con desamor
que manchan el aire de dolorosa pena
que  enjuagan de lágrimas y pánico
las caricias paridas en la penumbra
nada que levante muros espinados
nada que robe el canto natural de la confianza
generada en las pasiones cruciales 
en el lecho con música de gemidos.

¡No, tu mano, sobre el rostro , no!
que la muerte se esconde en los turbulentos
sin sentidos de la violencia
la agonía solapada teje sus medias eternas
 en esas  siembras de silencios
que crece en los canteros del alma
sin regresos posibles, ni esperanza
una marca de escalofríos porfiados
que delata la tristeza en la huella,
violeta, que se impregna de odios.

Después de que tu mano castigue la tersura
del rostro demacrado y ojeroso
nunca será lo mismo, entre nosotros
el precipicio hondo estará abierto
con lava de nieve corriendo 
trastocada en maremoto de miedos
y dos caminos ciertos se abrirán
para los madrigales ya mustios
yo, rumbo al sol, sin ti como testigo,
tú, levitando en el irreversible olvido
al que te llevó la mudez de sentimientos
ya para siempre proscrito, desahuciado
de mi memoria y mi cuerpo
ahítos de ignominia y miseria espiritual
sedientos de redención y respeto
ya jamás acorralados por
el amor al que fui ciega
sin presentir las enmohecidas aguas
de tus manos, en hordas frenéticas 
intentando robarme la luz de mi dignidad!

LUISA GARCÍA
05-03-12 

Fotografia de 
Eolo Perfidohttp://500px.com/eoloperfido


Raquel Norma Smerkin Roitman
Muriendo de amor...


Ya los suspiros caen como lágrimas sobre el lecho vacío, ya el aliento se ha transformado en un gran esfuerzo, ya las campanas no se escuchan, y las aves que vuelan sobre su pecho se hicieron invisibles, porque su corazón, ya no late, ya está muerto...
Muriendo de amor... con la mirada transformada en un horizonte sin final y sin color, muriendo de amor, con la sonrisa apagada, la manos quietas y el cuerpo totalmente difuso ante el dolor...
Muriendo de amor, lentamente muriendo, como se muere el tiempo, como se muere el sentimiento lleno de pena, muriendo de amor, ya ni siquiera abre sus ojos, no come, no siente, no piensa... sólo sabe durar recostado su cuerpo en el lecho, maltratada su alma de tanto penar...
Muriendo de amor... hay que muerte tan indescriptible, que espíritu tan sensible, que no aguanta la tremenda conmoción que sufre, por morir de amor... 


Raquel Norma Smerkin Roitman

Raquel Norma Smerkin Roitman
Fuente del deseo intenso...


Revélame fuente del deseo, tu intensidad, tu procedencia, tu fiel sabor por el placer, tu dulce amor, tu permanecer serenamente, para que te beban y sacien sus necesidades los hambrientos de cariño, los sedientos de pasión...
Fuente del deseo, no hagas discriminación, deja te se embriaguen todos los seres que ansían tu emoción, y otórgales con tus aguas mansas esa bendición a la que tanto aman, a la que tanto quieren llegar, para sentirse vivos, plenos y llenos de humanidad...
Que seas para todos por igual, que te brindes como mágica fuente universal, porque sentimos cada uno a su manera, la urgencia de recurrir a ti, cuando nuestras almas tienen carencias imposibles de suplantar, pero tu eres el único lugar en donde la esencia de la vida recurrirá... 
Fuente del deseo, porque eres motor, porque con tu inercia conviertes todo lo existente en pasión de amor... fuente del deseo, me desnudo y me sumerjo en tu caudal, para embriagarme de tu voluntad, para sentir que tu influjo me ama por sobre todas las cosas, para sentir que más allá de mi existencia, mi espíritu nada en tus aguas, por toda la eternidad... Fuente del deseo, que se haga tu voluntad...


Raquel Norma Smerkin Roitman 

Jose Manuel Huete Garcia


FUEGO ETERNO
Amor,
Cuando aletea en tu mirada
Esa opacidad sin brillo
Que te deja la tristeza,
Cuando por el alfeizar
De tu ventana, asoma el alba,
Y se lleva otra noche,
Y otra vez, solo la nostalgia
Ocupa ese hueco de tu almohada
Donde depositas toda la ternura
Que, guardas en tu alma…


Se aviva una tormenta
De lágrimas negras
En lo mas profundo
De mis entrañas,
Y un alarido de rabia
Exhala mi garganta,
Tan desesperado,
Que hasta ese rumor profundo
De la estrellas
Se queda mudo en ese instante,
En que me sueño
Ráfaga de viento insaciable
Avivando el fuego hecho ritmo
Que ondula en tu cintura.


¡Y se apaga el sueño
A un centímetro de tu piel
Incendiada!


Y aprendí que solo se muere
Cuando de la desesperanza
Haces tu mortaja…


Apaga esa tristeza de tu mirada,
No tengas miedo,
Y deja que cada día
Sea en tus ojos donde asome el alba.
Que el azar solo es una circunstancia,
Una piedra en el camino
Que se torna mullida arena,
Cuando los sueños se tejen
Con el sólido hilo de las eternidades.



Eve Violeta Gauna Piragine
Versos desesperados


Esta temeridad 
de amarte hasta la muerte
es el último deseo 
de un corazón valiente.
Este vivir muriendo
por amarte tanto
en los rendidos brazos
de un amor enajenado,
es tener esta fátiga
fluyendome en las venas,
sentir cómo 
me está matando,
el quererte es padecerte
encontrando en el dolor
un sublime encanto.
Esta tirana necesidad 
de morir amando,
dónde la tristeza
se hermana con el alma,
me dá la percepción 
casi perfecta
de que el final 
de los excesos
de un amor 
que se lleva 
hasta en los huesos
corona los besos 
con calvarios
y envuelve 
las caricias en sudarios...
No habrá Resurrección para mí. 
Eve V.Gauna Piragine 

Monica Von Muller
**Para ti MUJER**
-Gacela del amor imprevisto-
Nadie comprendía el perfume 
de la oscura magnolia de tu vientre. 
Nadie sabía que martirizabas 
un colibrí de amor entre los dientes. 
Mil caballitos persas se dormían 
en la plaza con luna de tu frente, 
mientras que yo enlazaba cuatro noches 
tu cintura, enemiga de la nieve. 


Entre yeso y jazmines, tu mirada 
era un pálido ramo de simientes. 
Yo busqué, para darte, por mi pecho 
las letras de marfil que dicen siempre, 


siempre, siempre: jardín de mi agonía, 
tu cuerpo fugitivo para siempre, 
la sangre de tus venas en mi boca, 
tu boca ya sin luz para mi muerte. 


-Federico García Lorca-

Jose Manuel Huete Garcia
“IN MEMORIAN”
Y morirán estos versos
Antes que esa brisa azul de tu mirada
Decidida morir entre los cañaverales
Junto al remanso de tus lágrimas,
Antes que mis manos, ya torpes,
Olviden rebotar piedras de placer
En las cristalinas aguas de tu piel.


Antes que las estrellas
Dejen de ser los puntos y las comas
De ese gran poema
Que la fugacidad del tiempo
Escribió en el universo de mis sueños


Antes que llegue esta hora
Cuando el gallo canta la madrugada,
Que una campana furtiva
Entone siete lamentos de metal,
Una oración, un epitafio,
Por tantas noches de nostalgia,
Por tanto dolor,
Heridas de luna solitaria.


Antes que las palabras
Solo sean un amasijo de letras
Informes, volátiles gotas
De espuma derramadas
En una cuartilla blanca,
Silencio de los sentidos.


Y una angustia de muerte
Agarrota mis dedos,
Tu nombre me sabe a ceniza
Entre los labios,
Porque ya no sé si mañana
Aún quedará vino en esa copa
Donde sorbo a sorbo,
Cada noche me emborracho
Del sabor de tu recuerdo,
O en el aire solo aspiraré
El húmedo aroma de melancolía,
Que despide esta palmatoria
Que enciendo en tu memoria.