Amigo mío
hermano en el verso y la palabra
cómplice de nostalgias y silencios
puedes decirme desde el alma
¿Qué brisa engañosa y seductora quitó de tus ojos bellos,
ese sol tropical y su destello de sal dorada
y los llenó de mariposas negras ?
Querida; no recuerdo que duende oscuro
Vino habitar este bosque gris
Y lo pobló de versos y nostalgias
Ni que brisa soplo las velas de mi galeón
Llevándome al naufragio de una herida.
Sólo sé que estoy atado a un hilo que teje versos
Que me ha dejado frente a tus ojos de mar…
Hurgando me encuentro
en la raíz de tus versos
donde me sorprende
un ramo de rosas secas
que al contacto con mis manos
se desvanecen inconsistentes y vuelan
como cenizas escapadas de un gran fuego.
Es que llevo dentro un baúl
Con las tristezas de una alondra cansada
Y en las manos un fuego extinto que no arde
Que no levanta columnas de humo
Como rastro de lo que quemó.
Mi huerto se ha marchitado muchas veces
Como las tantas veces que ha salido el sol…
Bajo una luz lejana yo deseo
apartar la mano que te deshoja el alma
y estiro mis pupilas como dos manos leves
buscándote, entre rescoldos y temblores
entre alas rotas de mariposas
Para dejar un sol redondo colgado en tu ventana
y el arco de colores, presagio de un mañana
sin ocres perpetuados .
Yo he dejado el pecho abierto de una herida
Con tus dedos ausentes para que hurguen
Ahí… donde está el alma como una gaviota enlutada.
¡Ven! Y tiende sobre mis ojos tus pupilas
Que quiero ver desde tu mirada como es el universo
Y los amores que te dejan huellas en la piel.
Mientras… me siento frente a mi ventana
A ver nacer el sol del sur…
Cecilia Vargas - Chile
Nesty - Puerto Rico
04 / 02 / 2012 /
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