de
, el Viernes, 8 de junio de 2012 a la(s) 1:53 ·
Si alguna vez temes dormirte a solas
porque te inquieta la noche oscura,
subiré en punta de pies hasta el cielo
para bajarte una docena de estrellas
y colgarlas encendidas sobre tu cabecera
amarradas a los rizos de mis cabellos.
Si las estrellas encendidas no pudieran
arrancar el temor de tus pensamientos
y las sombras aún te llenaran de dudas,
subiré al cielo esta vez mucho más alto
y bajaré a tu ventana para regalarte la luna
que ilumine tu cuarto y disipe la bruma.
Si aunque te iluminara el cielo todo entero
todavía no pudieras amor, conciliar el sueño,
olvidaremos entonces a la luna y las estrellas,
pondré unas hojas de romero entre mis pechos
y me sumergiré a piel desnuda entre tus brazos
aquietando tu alma, cubriéndote con mil besos.
María Elena Astorquiza V.
Santiago, 7 de Junio del 2012
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