No perdí mis ojos...
No perdí mis ojos, quedaron tan adentro de mí, que ya no los notas, pero yo los siento, como me caminan por el alma, observando mis nostalgias, transportándome por los caminos en los que la calma necesita de mi mirada, porque ya no tengo nombre, me reconozco en esta máscara sin tiempo ni espacio, es el sufrimiento lento e interno él que transformó mi rostro, que en realidad, ya perdí su forma en mi memoria...
No perdí los ojos, ni como Edipo me los arranqué para poder ser sabia, sólo sé que una máscara extraña invadió mi cara y me transformó en esta criatura excéntrica que soy...
Son las penas, son las angustias acurrucadas muy dentro de mi corazón, son los años que van pasando y dejan una mueca vaga, que se parece a los vericuetos del alma, a las feroces burlas de mi mundo interior...
No perdí mis ojos... ni me los arranqué en un impulso de locura, siento que soy el resultado de un deseo oculto, una aventura trunca, una ilusión inconclusa... Es por eso que tengo los ojos tan dentro, para mirar como mi espíritu, se pinta su propio sufrimiento...
Raquel Norma Smerkin Roitman
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