Llegar a la claridad, subiendo la cuesta bien empinada donde se hallaba la ignorancia, cómo se fatiga el alma, hasta alcanzar la luz, para que el conocimiento se haga ver, y nuestros ojos cansados de las sombras, se abran de a poco, para asimilar una nueva realidad, la de nuestra verdadera perspectiva de todas las cosas...
Mientras estamos en la oscuridad, nada sabemos de nosotros, y menos de lo que nos rodea, todo se desfigura en copias de copias de las cosas, sin llegar a ninguna esencia, pero cuando tocamos con nuestros ojos del alma, la iluminación total, ya no hay escapatoria, ni forma de volver atrás, hemos superado una etapa que no volverá... Somos en un principio, aprendices de la vida, luego nos formamos con la experiencia y la sabiduría que da la intuición pura, en verdaderos maestros de nosotros mismos, hemos atravesado nuestra propia ignorancia, y damos a luz, la criatura que nos conoce más que nadie, entonces viremos en el plano del conocimiento puro, más que nunca... Llegaremos al amor, escalando esa montaña empinada, porque el conocimiento también es amor, y liberación...
Raquel Norma Smerkin Roitman
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