de
Raras veces tuve encuentros de una sola noche
Algunos fueron muy dichosos y, otros me
dejaron en el cuerpo y en el alma
una gran insatisfacción.
En los que fueron dichosos
mi carne se transformaba
en fuego y aire con solo
tocar mi piel.
La tentación nos llama así a la vida
para que toquemos una piel
y nos contamina la mente con
maravillosas fantasías sexuales
llenas de misterio
Pero después este misterio
del deseo que acepta consumarse
se convierte en tedio o en indiferencia
Pero lo mejor de un encuentro sexual
es la espera y las fantasías de tu mente
que te quiere hacer creer que esas
pasiones son eternas
¡ Y a veces terminan tan mal ¡
Mercedes Tamara
5 mayo 2012
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