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sábado, 11 de febrero de 2012


La luna

Por Jaime Sabinas

La luna se puede tomar a cucharadas
O como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
Y también alivia
A los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
Es el mejor amuleto que la pata de conejo:
Sirve para encontrar a quien se ama,
Y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
Cuando no se han dormido,
Y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
Ayudan a bien morir


Pon una hoja tierna de la luna
Debajo de tu almohada
Y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
Para cuando te ahogues,
Y dale la llave de la luna
A los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
Y para los condenados a vida
No hay mejor estimulante que la luna
En dosis precisas y controladas.

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