Fue tu mirada,
flecha clavada
que,
en mi corazón,
despertó
todo un volcán de pasión.
Tu mirada,
inesperada
y repentina,
invadió la retina
de mis cansados ojos,
acostumbrados ya
a no tener luz
y a mirar sin esperanza.
Fue tu mirada,
brillo fugaz y cegador,
que como rayo,
que cruza el cielo
e ilumina la noche,
invadió de claridad
mi oscuro existir.
Fue tu mirada
alumbramiento
de una nueva vida:
la vida que engendraste,
cuando me miraste,
con esa mirada tuya,
cargada de amor.
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