Anngiels Grigera Moreno
Detente corazón, no te me acerques
ya no quiero mirarme en esos ojos,
ni despeinarte el pelo con antojo,
ni enredarme en el tronco de tu cuerpo,
ni besar esos labios ayer míos,
sucede amor que este frio
que recorre mi alma y mi cuerpo
lo pario el amor que hoy se ha muerto,
al descubrir que ya no eres tan mío.
Para que seguir con la mentira
de fingirnos el uno para el otro
si en mi campo ya corre otro potro
y en el tuyo otra yegua se encabrita
después nos sentimos infelices
por hacernos el daño de engañarnos
y dejarnos en el alma cicatrices.
Detente corazón ya no te acerques
olvidamos todas las promesas
no te culpo, ni lloro, ni reclamo;
te pido que seamos más sinceros,
sin herirnos alejarnos con coraje.
Un amor como el nuestro verdadero
al morirse merece ese homenaje
anngiels —
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