Para que nunca te olvides de mí,
me grabaré en las planicies de tu cuerpo
con el fuego encendido de mis besos,
con el lenguaje mudo de mis manos,
con la sal cristalizada de mis lágrimas
vertidas cuando te siento tan lejano.
Para que nunca te olvides de mí,
tatuaré mi imagen desnuda en tu piel
con la tinta roja y viva de mi sangre
que pinta mis mejillas de intenso carmín
cuando tú me dices que me amas,
que solo de mi amor tienes hambre.
Para recordarte yo la vida entera,
te acogeré en la tibieza de mi vientre
meciéndote entre mis suaves caderas
y cubriéndote de besos ardientes,
te acunaré rendido sobre mi pecho
mientras atesoro en mis entrañas tu simiente.
1 comentario:
¡Qué bonita poesía Mayte! Es de esas que tanto me gustan a mi, porque rezuman nostalgia...
¡Me encanta!
Un beso muy fuerte.
Tu amiga. L.Gemma
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