Alguien me regaló el viento,
yo que traía las manos vacías,
más tomé el viento, y del viento
hice, una linda poesía.
Alguien me regaló el sol,
un sol que yo quería,
me alumbré con el sol,
llevando luz a lo que escribía.
Alguien me regaló el cielo
y con el cielo la simpatía,
así me encontré con una flor,
a la flor le entregué mi amor,
el viento, el cielo y el sol,
era todo lo que yo tenía.
La flor me regaló su perfume,
pero implacable pasó el tiempo,
y al paso del tiempo,
todo se consume, solo me quedó
el amor y este poema para
que la flor, lo lea el lunes.
Gustavo Lazo Oval
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