ELUCUBRACIÓN CONSENTIDA
A un lado el incorrupto cuerpo,
Al otro la tumba vacía,
En el centro, un ciprés en perspectiva,
Pincel que objeta
La muerte preconcebida.
Errabundos trazos
Entierran junto a sus raíces
La flor de loto
Contraceptivo de la tierra,
La vida que se cierra.
Es en el segundo árbol
Donde inicia vuelo
El tordo herido,
En el primero
Ya hizo su nido.
Al horizonte sin límites
Alcanza la mirada,
Solo ojos ciegos
Auscultan la lejanía,
Las manos lentes de cercanía.
No hay último beso
Que a la tumba regrese
Queda en la piedra impresa.
Es inocente el que regresa
Una y otra vez, impío.
Espero me perdones
Este escribir letrillas
De implícita maldad,
Es tiempo absurdo
El que marchita la bondad.
(José M. Huete, Mayo 2012)
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