Poema CXIII
de Victor Cruz, el jueves, 9 de febrero de 2012 a la(s) 6:11 ·
Altar que brilla, con brillo singular,
Un mármol blanco, tanto que resplandece,
Reflejo del sol, que dorado enceguece,
Cuál gota buscada, gota de cristal.
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Un espejo, sin nada que reflejar,
Que sería mejor si desaparece,
Pequeña golondrina, que languidece,
Tiritando en el blanco hielo invernal.
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Suspiro que nunca se llegó a escuchar,
Como en prisión de hierro se desvanece,
Madrugada dónde jamás amanece,
Y el Sol no quiere su corona tomar.
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Pero, pese a todo, ahi sigue el blanco altar,
Y yo sigo frente a él, sigo inclinado,
En medio de la oscuridad, esperando,
Que florezca la rosa,tan pura y sin par,
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Sólo quiero ser la espina que proteja,
Sus pétalos dulces, a la vez tan suaves,
Son tan preciosos, a la vez tan frágiles,
Sólo quiero ser la espina que proteja.
Flor de luz y esperanza sin igual,
Que nace en el sagrado y divino altar
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