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viernes, 3 de febrero de 2012


Para ver el mundo en un grano de arena, 
Y el Cielo en una flor silvestre, 
Abarca el infinito en la palma de tu mano 
Y la eternidad en una hora. 
Aquel que se liga a una alegría 
Hace esfumar el fluir de la vida; 
Aquél quien besa la joya cuando esta cruza su camino 
Vive en el amanecer de la eternidad. 


Los profetas describen lo que vieron en Visiones... con sus órganos imaginativos e inmortales. Un Espíritu y una Visión no son, como supone la filosofía moderna, un nuboso vapor, o una nada: se hallan organizados y articulados meticulosamente, más allá de lo que pueda producir la naturaleza mortal y perecedera. Quien no imagina rasgos más fuertes y mejores, y bajo una luz más fuerte y mejor que la de su ojo perecedero, no imagina en absoluto. 
William Blake 

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