El verano sangriento del 36
Rafael Alberti
EL MAR. LA MAR.
EL MAR. ¡SÓLO LA MAR!
¿POR QUÉ ME TRAJISTE, PADRE,
A LA CIUDAD?
¿POR QUÉ ME DESENTERRASTE
DEL MAR?
EN SUEÑOS, LA MAREJADA
ME TIRA DEL CORAZÓN.
SE LO QUISIERA LLEVAR.
PADRE, ¿POR QUÉ ME TRAJISTE
ACÁ?
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