QUE VIVAN LAS BRIZNAS FRESCAS (PARTE I)
de Hugo Manrique, el sábado, 25 de febrero de 2012 a la(s) 4:18 ·
Y este sol de tardes comunes
no engrandeció sombra alguna
entre la muchedumbre de puños,
abrazando historias que
renunciaron a su propio final.
Y las sombras conjugadas están,
avanzan sus rastros, aquietan
sus espadas de tinta y papel
y el color de sus calles
no serán las mismas
ante sus gritos de tierra
y crestas aulladoras.
Son sus pechos abiertos
por el tajo de los rumbos grises,
y los cielos se agazapan para ver
sus entrañas de cauces pulidos,
almácigos tiernos y recogidos.
Y rugirán los tambores corporales
contra las estelas postreras de sus mares,
violentados por los abismos impíos,
sosteniendo su lumbre con las
manos sin cortar de sus inequidades.
Se lanzan las proclamas,
cual cubiletes sedientos de agua dulce,
y su marcha de ríos y espuma verde
no se detendrá ante la noche cómplice
de sus avatares y flancos grises.
¡Y que vivan las voces sin cuello!
y los torsos desnudos ofrendados
al sol de los tiempos sin gloria.
¡Y que vivan y pervivan!
las montanas descoloridas
por perder en apuestas viles
sus pétalos todavía húmedos
y de bordes sangrantes.
Es la serpiente de la vida,
vorágine que cimbrea el polvo
de los caminos.
Y tanta es su luz redentora
que las calles liberaron sus losetas
de carmín y espejos subterráneos.
Y tan fuerte es su aroma
que las paredes soltaron de
sus manos a los adobes,
hijos de su propio futuro,
para despedirlos con lágrimas
de brillo tenaz y libertario.
Y tan altas y anchas
son sus planicies,
que los árboles miraron
absortos a sus ramas y raíces
y las entregaron, tiernas y tímidas,
a la marcha de los caminos.
Y quedaron los mares ocultándose
detrás de la noche,
y sin más que decir
resoplaron hacia atrás, para luego
avanzar hacia las tierras secas
uniendo sus algas danzantes
a los destinos en porvenir.
¡Todos están allí…todos!
¡Y que vivan las palmas sin paños grises!
y las mañanas de besos quietos
y caricias atravesando pieles.
¡Y que vivan y revivan!
los dioses buenos y los héroes
saltibamquis de nuestros ojos.
¡Y que vivan pues!
las briznas frescas
de nuestras memorias limpias.
Y advertidos están los rincones
que espantaron a las esperanzas,
y las miradas que huyeron
de las estrellas y sus propios sueños.
Aquí están naciendo
los nuevos tiempos,
con los mismos sudores
y colores regados
por los antiguos y ancestros.
Y no habrá vientos traicioneros
que quieran debilitar
a sus luces nuevas,
pintándoles un rostro insurrecto
a las tardes inquietas
y a sus futuros tornasoles.
Fotografia Briznas
© J. Antonio Herrera F
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