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sábado, 14 de enero de 2012

Jóvenes reflexiones. de Karla Stöker,




Karla Stöker. Derechos Reservados.

Mientras escribía esto me tomé la libertad de escuchar hermosa música, quiero compartirla con ustedes, ya saben. Detalles que les pongo siempre:
 http://www.youtube.com/watch?v=WZ5W_Y7DlN8&feature=related
              I
Estados de ánimo.
Suelen ser terribles... una bola de estambre que se enreda en todas partes. No pueden ser controlados como uno quisiera,son irritables como una charla sin buenas palabras, tan aburridos y monótonos como los charcos de lluvia y los remolinos de viento. 
Van de un lado a otro, se mueven, viven dentro de mí. A veces... no me dejan respirar, a veces los tengo todos o por lo menos uno o tal vez dos. Miro mi cocina, abandonada por un aire extraño, ahora me miro a mí, abandonada  igual, la única ventaja es que creo que mi corazón aun palpita y el cable del refrigerador se ha hecho un tanto viejo. 
Creo que aun puedo sentir, es decir, ¡Vamos! aun me salen lágrimas cuando duermo, aun tengo frío en mis manos y aun puedo sentir los rayos del sol en mi piel. 
A veces me siento como un barco, solo en el inmenso mar, a punto de que un calamar gigante le hunda o no, dispuesta , quieta me quedo a esperar. 
Otras veces me siento como un pino, un árbol en realidad, se mueve con el viento, de aquí para allá, es extraño decirlo pero así me siento, y en estos momentos me estoy riendo. 
Pero aunque a veces me sienta así, sé que es temporal, porque, ¿saben una cosa? Soy joven y nada más, aunque fuese mayor me atrevo a decir que me sentiré algunos días igual, muchos otros no, tal vez. No lo sé. Sólo sé que sigo viva, y que vengan los estados que tengan que venir, de todas formas, lo que mata es el veneno y no las cosas naturales del ser humano. 
          II.
Vida y Obra.

Tal vez sea la edad, qué sé yo. Hoy por ejemplo me dio igual si vestía de blanco o tal vez gris, posible mente mi color era el azul, en fin. Creo que me siento mejor que nunca a pesar de que ya siento como si los 60 años de mi abuela me cayeran encima, no me preocupa, es más, creo que soy como un colibrí o un caballo, a pesar de ser pequeño el colibrí nunca se rinde y aunque haga frío, calor, vengan las tormentas o tal vez el viento, construye su casita, va y toma el néctar de las flores. Es fuerte. Temo que debo hacerme un nido en mi corazón, no es por nadie , si no por mí misma, aunque parezca extraño, suelo lastimarme a mí misma. Tal vez en lugar de paja o ramas caídas de los árboles, lo construya de púas y alambres ya que las palabras duelen más que un golpe o una herida profunda.¿Quién sabe? 
En cambio, el caballo es hermoso y para los que nacen siendo libres, tal vez resulte difícil domar. Yo soy accesible, es decir, no soy mala. Creo que me conozco o quizás no del todo, pero ahora sé por lo menos qué me gusta hacer y por qué. 
Hoy veo mi sombra y por lo menos sé que no está vacía. No soy un fantasma, todo lo contrario, he llegado a verme un tanto transparente pero no es verdad que, ¿a veces todos somos indiferentes? 
                 III.
Por último, recalco...
Que no me encuentro en estados de agregación, sí lo sé, eso fue gracioso. 
Tal vez usted, lector o lectora, piense que soy irreal o sólo una imagen de una joven, tal vez llegue a pensar que soy sólo un cuento fanático de la literatura. Bueno deje que le diga algo con todo respeto. Yo, soy real, tan real como los ojos que leen ahora, tan real como los oídos que escuchan su alrededor, tan real como la palma de su mano. Si no lo fuera, si fuera un cuento nada más, yo no escribiría toda mi vida, mis hechos, mis proyectos, mis sueños y pesadillas. 
Por último lector, lectora, persona que me conoce o no, recalco, que es siempre un placer escribir y que usted hombre , mujer, joven, fantasma  o hada, llegue a leerme. 
Puedo admitir que soy tan real como toda la materia que compone el cuerpo humano.
¡Gracias!   

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