Jose Manuel Huete Garcia
LA PARTE Y EL TODO Amor, Cuando en tus ojos atardece Y en ellos aparecen esos glaucos interrogantes, Que me penetran por las pupilas Y como anzuelos en la médula se me clavan… Sé que en tu garganta Las palabras se hacen espinas, Y no te atreves a preguntarme Si hay alguna parte de mí que no te ama. Y entonces, Yo quisiera arrancar toda esa maleza De lo nunca dicho Por inoportuno, De lo entredicho Por un corazón inmaduro… Todo eso que oculta el camino ancho De mis de mis sentimientos. Y decirte… Que no hay parte de mi alma que no te ame, Que esa, que es del viento, Es la que más te pertenece, Porque en ella siempre te hallo. Eres la melodía de la brisa entre las ramas En su pentagrama de verde primavera, El solemne “réquiem” de las flores en invierno. Eres el aroma a sal de la ola, Cuando se quiebra en la playa. Eres el sabor del vino dulce Que aún dora las vides. Eres el cabello de La Luna, Cuando ilumina mis sombras Y gozosa me acaricia. Eres el bálsamo, Cuando en ese remolino que me arrastra, El dolor y el espanto Amputan de un tajo La plenitud de mis sentidos. Amor, No hay entrega sin espera, Ni parte sin el todo, Ni camino que no vuelva Allí donde comienza. |
Porque el amor es simplemente eso: la forma del comienzo tercamente escondida detrás de los finales. Roberto Juarroz .
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jueves, 1 de diciembre de 2011
Jose Manuel Huete Garcia
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